miércoles, 4 de noviembre de 2015

El Informe Legrasse

Aquella mañana comenzó como cualquier otra, los habitantes del Distrito Central comienzan sus actividades como cada día, en una colonia cercana a la periferia de la ciudad el movimiento frenético de la policía alerta a los vecinos, muchos curiosos observan que una gran cantidad de patrullas y camiones se detiene cerca de una bodega abandonada, los policías descienden de los camiones tan rápido como pueden, hace años que los habitantes del lugar no ven tanto movimiento.


Una patrulla más veloz que las otras perteneciente al Detective en Jefe Torres, de la división de investigaciones de la Policía Metropolitana, llega frente a la puerta de la bodega, del auto descienden Torres y Jack Legrasse, de la policía de Nueva York, que viene persiguiendo al principal sospechoso del caso que Torres acaba de resolver, todos los policías y curiosos están expectantes, en cuanto alguno de ellos tire la puerta todo el operativo se pondrá en movimiento…


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Los rayos del sol la acarician, no la queman, un delicioso calor desciende por todo su cuerpo, el astro rey la ilumina de esa forma especial que sólo puede hacerlo en los días más hermosos y soleados, ella se despereza en la cama, a su lado un gato negro, enorme, imita a su dueña y se estira para acercarse ronroneando a ella unos segundos después.

- ¡Qué bonito día!, ¿no lo crees, Félix?

El gato, por toda respuesta, maúlla y se deja caer al lado de su dueña, ella mira el cielo azul y despejado de la mañana, siente de nuevo el calor agradable en sus mejillas y se da cuenta que se siente feliz por primera vez en mucho tiempo, mientras acaricia a Félix, sabe que ése será un día perfecto.

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Las horas pasan, Alan Torres y Jack Legrasse siguen en estado de shock, lo que acaban de ver va más allá de todos los horrores que han presenciado en todos sus años como detectives; Legrasse exclamó, cuando tiraron la puerta del único cuarto iluminado dentro de la nave acompañados por más de 200 policías:

- Dios mío… ¿¡Qué carajos es esto?!

El responsable está en la sala, Jack y Alan tienen que decidir su siguiente jugada para lograr que confiese, su crimen fue tan aberrante que nadie quiere acercarse siquiera al tipo, su apariencia, sus expresiones y su forma de hablar les provocan escalofríos a todos.

- ¿Qué hacemos entonces, Jack?

- No lo sé, tengo más de dos años siguiendo al tipo y nunca pensé que haría algo así, ni siquiera puedo imaginarme por dónde empezar.

Los minutos pasan, el humo de los cigarros cuelga del techo de la habitación, al terminar el primer contacto entre el perseguido y los detectives, el cual no había sido alentador, el sospechoso alcanzó a ver a una mujer que pasaba cuando Alan abrió la puerta, media hora después, estando solo y mirando fijamente al espejo, escupió una sola demanda:

- Está bien. Confesaré todo. Pero sólo se lo diré a ella.

Legrasse al principio no sabía de qué hablaba, Torres de inmediato supo que se refería a la novata de su división, la razón era bastante simple: la víctima se parecía increíblemente a Sabrina.

- ¿Entonces, Jack?, ¿le damos una oportunidad a la novata?

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- ¿Disfrutando del sol, Félix?

El gato no responde, simplemente se gira sobre su espalda y deja al descubierto la parte baja de su cuerpo, ella acaricia al animal y lo rasca, Félix echa la cabeza hacia atrás y ronronea.

- ¡Quién fuera tú, gato flojo!

El felino ni se inmuta por el comentario y la risita coqueta de su dueña, sigue dejando que lo rasquen y acaricien su negro pelaje.

- Estoy segura que hoy será un gran día, Félix, ¿sabes por qué?, Hoy tendré mi cita con el chico que te platicaba, es un verdadero amor, desde hace mucho tiempo que no me sentía tan querida, y hace mucho que no sentía tanto amor por alguien, ya sabes, desde… aquello… ha sido difícil, pero creo que me he logrado adaptar, ¿no crees?

Félix no responde, en lugar de seguir ronroneando mira fijamente a la chica, ella se extraña y de pronto el gato se enoja y trata de morderla.

- ¡Hey!, ¿Qué te pasa?

El pánico que sintió al verse atacada por Félix se disipa al instante, el gato no está enojado, sigue echado y girando para llamar su atención, ella vuelve a acercar la mano con algo de desconfianza, y la recupera cuando el minino se deja rascar y acariciar de nuevo.

Tal vez sólo son sus nervios.

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Alan y Jack se quedan sin opciones, vuelven a intentar hablar con el sospechoso, solos y juntos, amables o agresivos, el sujeto no va a hablar.

-Sabrina es la respuesta, no tenemos de otra más que utilizarla para lograr que el bastardo confiese

- No lo sé, Alan, puede ser peligroso

- Ella sabe cuidarse, Jack, lo sabes.

A las 11:30 de la noche del día que todos recuerdan en la Policía Metropolitana, Sabrina Merak entró en la sala de interrogatorios número 3, para iniciar contacto con el sospechoso, Legrasse y Torres la instruyeron acerca de lo que debía hacer y lo que debía evitar para caer en el juego del criminal, pero todo se fue al demonio cuando el tipo tomó su mano entre las suyas, clavó su penetrante y triste mirada en la detective y dijo:

- Eres igual a ella… déjame contarte una pequeña historia.

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Félix está echado en la ventana, tomando más sol para evitar fríos, su dueña sale de la regadera envuelta en una toalla; todo en la casa, en el ambiente, la luz y la brisa ligera que refrescan su recámara, todo parece vibrar al ritmo de la música que inunda la casa.

Mientras baila y mueve la cadera, la chica se observa en el espejo, se arregla a conciencia, pinta sus labios, utiliza sus aretes más bonitos, su perfume más deseable, la ropa que más le gusta y que mejor le queda, una mirada al espejo mientras aún pasea su alegría por la habitación le indica que se ve perfecta, siguiendo el ritmo de la canción, da una vuelta sobre sí misma.

Cuando termina, se queda paralizada frente al espejo, está segura que vio algo, una mancha negra, algo en su cabeza; trata de verlo pero no puede, siente como un líquido recorre su nuca (¿Sudor? ¿Sangre?). El mundo parece volverse más oscuro, hay nubes cubriendo el sol, por más que intenta ver qué es esa mancha extraña en su cabello no lo logra.

Cuando trata de tocarlo, sus dedos sienten algo frío y viscoso.

Un grito desgarrador brota de su garganta, el miedo y el asco la hacen perder el equilibrio y caer de espaldas, se golpea en el mismo lugar donde vio lo-que-sea que está en su cabeza, por supuesto que no hay nada, el sol brilla como siempre, no hay nubes, Félix se acerca a ella y lame su mano mientras ronronea, la mujer se calma un poco, pasa las manos por su cabello esperando algo horrible.

No siente nada extraño.

Definitivamente está demasiado nerviosa.

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Extractos del Informe presentado por el Teniente John Richard Legrasse, Detective en la División de Crímenes Mayores de la Policía de la Ciudad de Nueva York, publicado en “Patología Criminal: Casos Notables, Informes Policiacos, Comentarios y Diagnosis” impreso por la Facultad de Medicina de la Universidad del Estado de Nueva York (págs. 113-127):

“Caso No. A11W04K/NO9L4Y:

…La víctima fue encontrada en una bodega al oriente de la Ciudad de México, estaba recostada sobre una mesa de operaciones a la que el sospechoso había realizado múltiples modificaciones, hasta el momento, los forenses han sido incapaces de dictaminar el estado real de la víctima.

…Después de varios intentos por obtener una confesión, el Detective Torres y yo permitimos que la Detective Merak ingresara a la sala de interrogatorios, delante de ella, el sospechoso confesó el crimen con lujo de detalles, ofreciendo al final de su confesión una justificación inesperada que de ser confirmada permitiría que el sospechoso fuera liberado.

…la Detective Merak extrajo algunas irregularidades de su conversación con el sospechoso una vez pasado el shock emocional que le produjo el encuentro, estas deducciones la llevaron de vuelta a la escena del crimen… es importante señalar que la Detective Merak acudió a la bodega sin consultarlo con el Detective Torres o conmigo, y por supuesto sin nuestra autorización como encargados del caso.

… luego de recorrer el lugar, la Detective Merak localizó lo que buscaba… se trataba de una abertura vertical de 40 centímetros de alto por 5 de ancho… apiladas en el interior se encontraban 3 cintas de video.

Al ser analizadas, las cintas revelaron el procedimiento que se había seguido sobre la víctima, las primeras 2 documentaban todo el crimen… la última confirmaba la justificación del sospechoso y no dejaba dudas sobre su inocencia… la Detective Merak insistió en que algo no estaba bien, pero el Detective Torres le exigió que dejara en paz el asunto.”

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La chica está algo nerviosa, observa el reloj y no deja de mover las piernas, las cruza, se sienta derecha, recarga una sobre otra, pone los codos sobre las rodillas y suspira, es la viva imagen de la impaciencia.

El sol ilumina toda la ciudad, es el inicio de una tarde agradable, de las que todos los días regala el Distrito Central, ella no puede más, quiere verlo, necesita verlo, y ya quiere tenerlo cerca, para poder descansar entre sus brazos…

Una nube cubre por un instante el sol, ella mira hacia arriba y se asombra de ver que el cielo está cubierto, parece el inicio de una tormenta, nerviosa, la mujer sigue pensando en su compañero que no llega, y se pierde el inicio del horror.

Un ligero movimiento la distrae de sus preocupaciones, y ella se da cuenta que el piso vibra, salta y se mueve, lo primero que acude a su mente es un terremoto, pero las sacudidas que siente no son normales, el cielo se pinta de rojo, los árboles se ven marchitos y negros, aterradores, amenazantes, los edificios empiezan a derrumbarse, el asfalto se abre y aparecen grietas espeluznantes que rebosan una sustancia color rojo intenso (¿¿¿Sangre???), todas las sombras se profundizan, como una habitación sin luz ni ventanas.

Ella grita desesperada y asustada, nadie la escucha, ni siquiera puede oírse a sí misma entre el rugido de muerte y destrucción que cubrió el mundo de repente, en aquél día que sería tan hermoso…

Un perro negro, inmenso, le ladra furioso mientras la observa con ojos infernales, ella llora aterrada y se da cuenta que sus lágrimas son gotas de sangre, pasa sus manos por su rostro y lo percibe desfigurado, su cuerpo se derrite, todo su ser está cubierto de sangre y oscuridad.

Un alarido de pánico brota de su garganta.

Y así, como si nada, el terror que había inundado su día perfecto se disuelve, ella abre de nuevo los ojos y todo vuelve a ser perfecto, el sol ilumina la ciudad, bella y fresca, y la tarde cálida y agradable sigue cayendo sobre el Distrito, el perro infernal es en realidad un San Bernardo que la mira sonriente, moviendo la cola y que se acerca a ella y la lame con cariño, los edificios siguen en pie, reflejando la luz del sol, las calles siguen intactas, y los autos corren tranquilos por ellas.

Ella llora de nuevo, asustada y convencida de que algo malo está pasando.

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Calvin Wallace, el culpable del caso, sale del edificio de la Policía Metropolitana, toma un pequeño descanso a la mitad de las escaleras y enciende un cigarro, los policías entran y salen sin reparar en él, su obra está completa, lo que hizo será estudiado, analizado y repetido una y otra vez… por siempre.

Mientras Calvin guarda su encendedor, Sabrina Merak sale por la misma puerta que él acaba de abandonar, luce demacrada luego de no dormir dos días seguidos y está obsesionada con la idea de que él han estado jugando con ellos desde que empezó la investigación.

Calvin no sabe que Sabrina acaba de encontrar la falla en la coartada.

- Fría noche, ¿no te parece, Calvin?

- Fresca, diría yo. ¿En qué puedo ayudarte, Sabrina?

- Tengo una pequeña duda, una espina clavada en el cerebro, que no me va a dejar dormir si no la contestas.

Calvin sonríe irónico, sabe que los detectives están desesperados por encontrar algún hueco en su historia, pero el video que Sabrina encontró no deja mucho lugar a dudas, él es inocente, y sólo hizo lo que le pidieron.

- Por supuesto, detective, lo que quieras.

- Necesito que me expliques cómo funciona la marca de tiempo de la videocámara que utilizaste.

En un principio, no puede creer lo que escucha, ¿sólo eso quiere saber?.

- Es sencillo, la cámara registra la fecha, hora y duración de cada video y los guarda en la tarjeta de memoria.

- ¿Puede alterarse?

- Claro, modificando la fecha y hora en las opciones de la cámara.

- ¿Y si no se hace de esa manera?

- Se puede hacer directamente sobre la información almacenada en la tarjeta al introducirla a una computadora. Realmente es simple y cualquiera puede hacerlo.

Sabrina tiene la mano debajo del abrigo, Calvin no está seguro si eso significa algo, pero se da cuenta que lo que acaba de decir hizo sonreír a la detective.

- Justo eso pensé, Calvin.

Los segundos pasan volando, la detective no habla, Calvin sigue tratando de pensar que relación puede guardar la conversación con el caso; Sabrina decide tirarse a matar:

- Llegó el informe del forense justo cuando te soltamos, dice que las drogas que le inyectaste en el video tienen más de doce horas dentro del cuerpo de la chica… excepto una.

El culpable observa sin entender a su juez, ya todo terminó, ¿qué demonios intenta hacer?

- Ella recibió una gran dosis de morfina antes de que la procesaras, ¿tienes alguna explicación para eso, Calvin?

- No tendría por qué, el video muestra perfectamente que ella consintió el proceso.

- Tienes razón, tendríamos que demostrar que ella no estaba en plena capacidad al momento de consentir para poder arrestarte, y aun cuando lo probáramos, la marca de tiempo del video muestra que ella estaba consciente al momento de la grabación, además, ya te dejamos ir, lo que quiere decir que no podemos acusarte de nuevo por este crimen sin evidencias irrefutables.

Calvin mira sin comprender, Sabrina saborea las palabras que siguen.

- Los técnicos acaban de demostrar que alteraste la marca de tiempo del video, Calvin; incluso utilizaste la misma computadora, la QT deja marcas específicas en cada archivo que modifica, y nuestros muchachos lo descubrieron, sabemos que ella estaba drogada cuando grabaste el video que te exonera.

El programador clava la mirada en la detective:

- Pero no hay nada que puedas hacer al respecto, ¿o sí?, ni siquiera si te digo que ella me rogó que me detuviera antes de rogarme que continuara; o aunque te dijera que todo esto se acordó con la idea de que ella pudiera despertar una vez concluido el proceso, pero que yo planeé todo para que ella muera si tratan de desconectarla, solamente por placer; nada de eso hace ninguna diferencia, ¿cierto?, no puedes tocarme porque tus pruebas no son irrefutables, y lo sabes.

Sabrina aferra un objeto dentro de su abrigo, y dice:

- Es verdad, Calvin, todo eso es verdad; supongo que sólo queda una cosa por hacer, entonces.

Sabrina extrae su revólver del abrigo, Calvin apenas tiene tiempo de darse cuenta de lo que va a pasar cuando recibe cuatro disparos en el costado, las balas le atraviesan el hígado, la parte baja de los pulmones, un riñón y la arteria femoral, el programador cae y rueda espectacularmente por las escaleras del edificio, queda tendido boca arriba mirando las estrellas, clava la mirada en el Cinturón de Orión mientras murmura sus últimas palabras para que nadie las escuche:

- Hice lo que debía hacerse.

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Mientras el horror sacude todo su ser, una mano cálida se posa en su hombro, la pobre chica voltea cuando el perro deja de lamer sus manos y observa al hombre moviendo la cola, ella se levanta, dándole aun la espalda a su compañero, y lentamente da vuelta para mirarlo, esperando encontrar un espectro, un monstruo o algo que la espante y la devuelva al reino de terror y dolor del cual acaba de salir…

[(<<error985end>>)]

Es Él, es Él sin duda.

-Hola, mi amor

Es tan guapo como lo recuerda, tan cariñoso, con esos ojos hermosos y la boca sensual que tantas veces besó (¿¿besar?? ¡¡Apenas nos conocemos!!), el cuerpo tantas veces acariciado y deseado, los brazos fuertes y el pecho en el cual tantas veces se recostó a escuchar cómo latía su corazón.

Ella brinca a sus brazos, sin pensarlo un instante, comienza a besarlo con pasión, se aferra a él, lo extrañó tanto que creyó que moriría (??).

Hace tanto que no lo veía, hace tanto que no lo besaba, hace tanto que no estaba entre sus brazos, hace tanto que no recibe su calor (!!!).

-Mi amor… te extrañé tanto.

[(<<msdir//error746>>)]

La mujer besa al chico profundamente, mientras su lengua danza dentro de la boca de su esposo, un zumbido empieza a sonar dentro de su cabeza y aumenta de volumen mientras el beso continúa, por primera vez no le importa, si va a morir en medio de un ataque de pánico, mejor que sea mientras lo besa por última vez.

[(<<fatalError6647>>Msdir>>)]

Él se aferra a ella, corresponde sus caricias y sus besos, sus manos siguen siendo cariñosas y posesivas al mismo tiempo, un calor muy especial, que surge del centro de su estómago y abarca todo su cuerpo, empieza a inundarlos a ambos, ella sabe que tenía que ser así, siempre fue así.

[(<<FATALERROR>>Msdir/4/idule66512/<<error>>Z9873<<TERROR>>)]

De pronto, el zumbido alcanza una frecuencia insoportable, es más bien un pitido sostenido, el sonido le rompería los tímpanos a cualquiera, pero ella no suelta a su esposo, pasó por demasiadas cosas para dejarlo ir.

[(<<Msdir/661/corruptFile>><<ERRORTERRORFATALTERROR423342>>)]

El sonido se detiene, todo está bien en el mundo, el día es perfecto, como siempre fue, ella clava la mirada en sus ojos perfectos, acaricia los labios tan añorados.

- Te tomaste tu tiempo, gato tonto.

- Lo siento, tuve que tomar el camino largo para regresar a tus brazos, gatita.

- Está bien, te perdono sólo por esta vez, pero tienes que consentirme…

- ¿Qué te parece una película y un café entonces, gatita?

- Suena bien, mi amor.

Ambos comienzan a caminar hacia el cine más cercano, abrazados y enamorados como siempre estuvieron.

- ¿Te costó trabajo regresar, gato?

- Para nada, bisha, tu amigo me ayudó bastante.

- Te dije que podíamos confiar.

- Bueno, no se podía saber hasta intentarlo.

Otro beso termina con la conversación, los amantes siguen hacia el cine, seguros que ahora nada va a interrumpir su felicidad.

[(<<FATALTERROR423342>>KILLSWITCH>>423342NOT>>KILLTERROR423342>>>>DENEGATED>>KILLSWITCHTERROR>>NOTGRANTED>>423342TERROREND>>NOTHAPPENING>>SWITCHOFF>>FUCKUUP>>ENDERROR423342>>KEEPGOIN>>>DENEGATEDNOTGRANTED>>ENDOFSTORY>>)]
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Extractos finales del Informe presentado por el Teniente John Richard Legrasse, publicado en “Patología Criminal…”, (págs. 233-247):

“La víctima se encontraba en la mesa de operaciones, una serie de cables conectaban su cerebro y su cuerpo a una computadora HP modelo QT-216437-5, con procesador French Frog 4.5 y una capacidad de más de 200 TB, suficiente para correr una elaborada simulación de realidad basada en el juego Sims XP, Calvin Wallace programó la computadora para seguir corriendo la simulación de forma permanente.

…una serie de monitores siguen paso a paso la situación general de los órganos de la chica, en caso de intentar detener la ejecución del programa, los sensores activan el “error985” que simula algún tipo de pesadilla dentro del programa, encaminado a provocar que la víctima muera de un infarto por sobrecarga emocional si hay algún intento por despertarla, nuestros técnicos siguen tratando de averiguar la forma en que Wallace logró esto.

…se hicieron tres intentos por despertar a la víctima y terminar la simulación, los tres con el mismo resultado: el “error985” se activó y provocó niveles de estrés extremadamente altos en la mujer, estos intentos cesaron para evitar problemas en la víctima.

…cuatro días después del arresto, y uno después de que Calvin Wallace muriera a manos de Sabrina Merak, el programa de simulación inició un protocolo denominado “FATALTERROR423342” que terminó con cualquier intento de comunicación con el programa, la interfaz y la computadora; el programador residente de la Policía Metropolitana intentó detener la ejecución de este protocolo mediante una serie de comandos que no hicieron ningún efecto…

Una vez que el programa terminó con el protocolo, fue imposible monitorear el curso de la simulación dentro del cerebro de la víctima, pero al continuar sus signos vitales sin cambio, se asumió que el programa continúa sin alteración.

La decisión que se tomó a raíz de esto, fue dejar a la víctima en su estado actual en forma permanente.”

martes, 3 de noviembre de 2015

El Último Rey

1

Philip Howard Blake nunca aspiró a llegar lejos, no tenía ambiciones ni enemigos, pero estaba harto de la situación miserable que atravesaba Providence en aquellos momentos, luego de las inacabables crisis y la caída de la Primera Potencia, la inseguridad y la pobreza campaban a sus anchas por todo Estados Unidos; por eso el Rector de la Universidad de Miskatonic había decidido presentar su candidatura como independiente a la alcaldía de Providence, esperando hacer una diferencia, aunque fuera pequeña, en el mundo decadente que habitaba.

Dos reelecciones después, la mayoría de los habitantes de Rhode Island querían que el Alcalde Blake se postulara para el cargo de Gobernador, para que pudiera seguir implementando sus “pequeñas diferencias”, sólo que ahora en beneficio de todos los habitantes del estado, al principio Philip estaba reacio a continuar con su carrera política, pero algunos amigos y colegas lo convencieron para que lanzara su candidatura como independiente a la gubernatura, terminó arrebatándosela al Gobernador Smith con una diferencia de más de 30 puntos.

Hacia el año 2050, el pueblo de Estados Unidos estaba harto de la ineptitud del gobierno federal, el Presidente Trump había agudizado todas las crisis y problemas que el país padecía; se había lanzado a una demente campaña xenófoba, lo cual hizo que su partido perdiera la mayoría en el Congreso y provocó su renuncia a finales de ese año; su sustituto, el Vicepresidente Charles D. Ward, carecía de experiencia para resolver la crisis, y tampoco tenía la fuerza política necesaria para buscar ser elegido por méritos propios, amén que sus decisiones fueron nefastas y sólo complicaron más las cosas; ente la debacle, el Congreso declaró al gobierno de Ward como “transitorio” y le arrebató varias facultades, lo cual convirtió al Presidente en una figura decorativa, cuando menos hasta la siguiente elección.

En el año 2052, muchos políticos se lanzaron a la arena, con la idea de quitarle al país el mal sabor de boca de los gobiernos anteriores, Charles D. Ward vio la causa tan perdida que ni siquiera se presentó como precandidato, y por instrucciones expresas de su partido, no expresó su apoyo por ninguno de los contendientes; sin embargo, demócratas y republicanos iban a ver frustradas sus esperanzas con el surgimiento de un movimiento inesperado: Howard Blake para Presidente.

Un nutrido grupo de intelectuales, académicos y empresarios había inscrito a Blake como precandidato a la Presidencia por la vía libre, después, iniciaron la campaña sin esperar a que Philip se negara como siempre hacía, para junio de ese año, el Gobernador Blake decidió aceptar y competir en la elección general, los tres debates que se llevaron a cabo previo a las elecciones sirvieron para dejar en claro la superioridad intelectual que tenía sobre sus contrincantes, y que le llevó a arrebatarle la Presidencia al sistema bipartidista con ventaja de casi 40 puntos.

El 20 de enero del año 2053, Philip H. Blake se convirtió en el 51º Presidente de los Estados Unidos de América, el primer independiente en ocupar la Casa Blanca.

Lo que ni él ni nadie sabían, es que él habría de ser el último en ocupar el cargo.

2

En el año 2055, el Presidente Blake ya expresó sus deseos de ser reelecto para el cargo que ganó la elección pasada, los partidos apenas están decidiendo quiénes serán sus candidatos para la elección, los moderados y conciliadores tienen ventaja, mientras que las minorías delirantes tratan de empujar sin éxito a sus representantes, la mayoría de los analistas, tanto nacionales como extranjeros, predicen que P.H. Blake ganará cómodamente la reelección y seguirá al frente del que fuera el país más importante del siglo XX y principios del XXI, nadie espera una sorpresa, y ciertamente no hay razones para esperar una.

Hasta el 23 de noviembre del año 2055.

Durante un patrullaje de rutina, policías apostados en la frontera con Canadá reportan actividad extraña en los Grandes Lagos, del mismo modo, la Guardia Fronteriza envía informes sobre grandes luces y objetos que sobrevuelan los límites con México, minutos después de que se recibe esta información, los satélites del planeta entero enmudecen, las 207 naciones que hay en el mundo quedan aisladas entre sí y dentro de sus fronteras, las últimas transmisiones recibidas en el Cuarto de Guerra bajo la Casa Blanca indican que los mismos fenómenos extraños fueron vistos en todo el planeta.

En el silencio que sigue, los habitantes de la Tierra descubren por fin, que no están solos en el Universo.

Mientras el Presidente Blake da un discurso en el Congreso tratando de explicar la situación, una nave desciende frente al edificio, las masas asombradas no pueden siquiera emitir algún sonido, los miles de literatos, cineastas y artistas en general que imaginaron este momento durante siglos no pudieron prever que la impresión dejaría mudas a las personas, todos observaban impávidos el aparato extraño que se acomoda frente al Capitolio.

Minutos después, una pequeña compuerta se abre y del aparato descienden varias personas, muchos se sienten decepcionados, ninguno de ellos es verde, o grisáceo, tampoco son “etéreamente bellos” ni tienen esa apariencia inquietante que indica que hay algo extraño sobre ellos, parecen, a falta de mejor descripción, personas comunes y corrientes.

3

Al pasar de los meses, los nuevos seres, que se identifican a sí mismos como “visitantes amistosos” comparten con los hombres de ciencia algunas respuestas acerca del origen del Universo, y encaminan varias de las teorías más avanzadas respecto a la naturaleza de la realidad, los hombres dedicados al estudio de las cosas aún agradecen la visita de aquellos seres.

El resto del planeta, particularmente aquellos que sobrevivieron, no piensan igual.

Cada nación se las arregla lo mejor que puede para recibir a los Visitantes, la incapacidad de comunicarse, sin embargo, pone a sudar a muchos líderes, y provoca cierta paranoia en algunos sectores de la población, los Visitantes deciden lidiar con esto ofreciendo a sus nuevos amigos la posibilidad de experimentar la tecnología de entretenimiento de su planeta de origen.

Pronto, todos los habitantes del planeta, sea por curiosidad o por confianza, se someten a una experiencia que todos describen como “única, por decir lo menos”, las maravillas sensoriales que los Visitantes comparten les permite compaginar más con los humanos, y empiezan a darse casos de confraternización.

Por supuesto que esto le pone los pelos de punta a más de uno, y las cosas empiezan a radicalizarse.

4

Antes de la llegada de los Visitantes, P.H. Blake iba arrasando en las encuestas presidenciales de Estados Unidos, luego de su arribo, y del entendimiento que hay entre los seres espaciales y el Presidente, que a final de cuentas fue y es un hombre de ciencia, varios sectores de la población empiezan a desconfiar de su hasta entonces amado Presidente, ¿será un títere manipulado por esas cosas?, ¿estará a merced de algún aparato de control mental?, ¿irá a entregarlos a los seres extraños, peligrosos que ahora invaden todo en el planeta?.

Estas y otras preguntas más empiezan a rondar por todo Estados Unidos, primero, en los cafés y bares a altas horas de la noche, cuando los Visitantes no pueden oírte porque están dormidos, después, en los púlpitos y reuniones de granja a las que asiste el grueso del pueblo, luego desde la televisión, los periódicos y la radio; cada vez más y más voces vociferan por respuestas a preguntas que ni siquiera ameritan ser hechas.

La desconfianza inunda la mente de la masa, la cual desborda a su vez las calles, exigiendo luz donde no hay sombras y claridad donde todo es transparente, el Presidente Blake hace sus mejores esfuerzos por calmar los ánimos, pero pronto su política de entendimiento y solución antes que enfrentamiento empiezan a perder adeptos.

5

Llegada la mitad del año cobra fuerza un nuevo líder, una figura a la que todos aquellos borregos espantadizos se aferran, un radical, último en las internas del partido el periodo anterior, penúltimo en las encuestas actuales, rebasa primero a los precandidatos establecidos y pronto se pone al frente en todas las encuestas.

Su política es clara: respuestas para todos, arrojar luz y claridad donde no se necesita y exigir una sola cosa: que los Visitantes abandonen la Tierra y dejen a sus habitantes en paz.

El miedo hace lo que años de política nunca pudieron y en el año 2056 el General Patrick Stanley Sellers es elegido candidato a la Presidencia de Estados Unidos por los partidos Republicano y Demócrata, esa misma noche designa al Senador Douglas F. Underwood como su candidato a Vicepresidente.

La campaña arranca con el Presidente Blake y su Vicepresidente William Whateley debajo de Stan Sellers y Doug Underwood por 15 puntos, la mitad de sus asesores renuncian al día siguiente; Blake y Whateley se rehúsan a darse por vencidos y tratan de hacer una campaña basada en atacar lo que ambos llaman las “locuras” de Sellers y la personalidad maquiavélica de Underwood, su estrategia trata de convertir la campaña en un debate de ideas y planes más que sobre un solo punto de vista o una sola decisión.

Los resultados de sus esfuerzos se hacen claros el primer martes de noviembre del año 2056: Patrick Sellers y Doug Underwood arrasan en las elecciones ganando todos los estados excepto Rhode Island, lo que se refleja en una paliza de 575-5 en los votos del Colegio Electoral.

6

A finales del año 2056, a poco más de 20 días de tomar posesión, Stanley Sellers tiene una disputa estúpida con Doug Underwood relacionada con el resultado de un partido de futbol americano y hace lo impensable: le obliga a renunciar a la Vicepresidencia antes de tomar posesión.

Blake y Whateley, que lo ven todo desde el palco como espectadores de una ópera que puede tener final sangriento, empiezan a cruzar apuestas sobre qué sucederá en vez de tratar de resolver la crisis, ninguno de ellos cobra.

El 5 de enero de 2057, 15 días antes de convertirse en Vicepresidente, Underwood renuncia al cargo y acepta como compensación la Secretaría de Estado.

A las 12 del día del mismo 5 de enero, suena el teléfono de la Oficina Oval: el próximo inquilino le ofrece a Blake la Vicepresidencia, y a su “lacayo” Whateley la Secretaría del Tesoro, siendo independientes ninguno tendría problemas para aceptar el ofrecimiento, sin embargo Blake consulta con sus asesores, ellos hacen encuestas y le aconsejan tomar la oferta.

El 15 de enero el Congreso y el Senado recién electos ratifican al Presidente Blake como el nuevo Vicepresidente del Presidente Electo Stanley Sellers, muchos ven en esto algún tipo de humillación, la mayoría de los votos de aprobación vienen de un sentimiento de “revancha” contra el independiente que rompió la hegemonía bipartidista, mientras que los partidarios de Blake creen que todo es una treta de Sellers y Underwood para encasillarlo y sacarlo de la política para siempre.

Nadie reflexiona acerca de lo obvio: el cambio implica que Blake sucedería a Sellers en caso de que el General renunciara, muriera o fuera asesinado.

7

El 20 de enero de 2057 quedó registrado como El Día que cambió la Historia.

A las 9:00 de la mañana, frente al Capitolio y ante una muchedumbre compuesta por millones de ignorantes, el General Sellers juró el cargo y se convirtió en el 52º Presidente de los Estados Unidos, minutos después Blake juró el cargo de Vicepresidente; una vez cumplida la formalidad, el Presidente Sellers lee su primer discurso, que incluye un ultimátum inesperado a los Visitantes para abandonar la Tierra en un lapso de 12 horas, so pena de utilizar todo el arsenal nuclear de los Estados Unidos contra ellos.

A las 9:20 de la mañana, los Visitantes llegan a la Casa Blanca para tratar de hablar con el Presidente Sellers, a la reunión en la Oficina Oval entran sólo los más altos cargos.

8

- Siento mucho que las cosas tengan que ser así, pero si recibí el apoyo de 70 millones de conciudadanos no fue para ser blando en la toma de decisiones, ¿no es así, Doug?

- Efectivamente Sr. Presidente, no podemos permitirnos el lujo de ser débiles ante nuestro pueblo.

Nova, la Representante de los Visitantes, no puede creer lo que escucha, mira asombrada a Philip, que está de pie frente al escritorio del Presidente, y le pregunta:

- ¿Tú validaste esto? ¿Apruebas esta conducta estúpida e irracional?

Blake trata de contestar algo sensato, pero Sellers lo interrumpe:

- Agradecería que dirigieras tus preguntas a nosotros, querida. El Sr. Blake, a pesar de ser el Vicepresidente, es básicamente una figura decorativa y simbólica, ¿no es así, Doug?

- Así es, Sr. Presidente.

La sonrisa sarcástica de Underwood refleja todo el odio que siente por Blake, Whateley baja la mirada y se refugia en el suelo para evitar ver cómo humillan a su amigo, Philip queda tan sorprendido que no puede hablar.

El General Ripper reanuda la conversación:

- Debe saber que el Presidente ha dado órdenes de preparar todo el arsenal nuclear con el que contamos, y según nuestros cálculos sólo necesitamos una décima parte de nuestra potencia de fuego para deshacernos de ustedes; desde un punto de vista táctico, mi sugerencia sería que se largaran mientas aún pueden.

Nova clava la mirada en el General Ripper, hace un gesto con la mano derecha que nadie percibe, su acompañante abre un portafolio en el que nadie había reparado y se coloca junto a Blake, Nova le da la espalda a Ripper y dice:

- Necesito saberlo, Philip, ¿estás de acuerdo con esto?

Blake la mira por un momento, los hermosos ojos azules de Nova siempre lo han hechizado, y antes de que alguien pueda reaccionar contesta:

- No, me parece la idea más estúpida que he escuchado, traté de advertirle a todos de las locuras de este sicópata y los planes macabros del titiritero… ¡pero todos los borregos me ignoraron!

Sellers estalla:

- ¡Eres un cobarde y un estúpido, Blake! ¡Siempre lo has sido!

Nova sigue mirando a Blake, sonríe y señala con un movimiento al portafolio que su asistente abrió, todos reparan en un enorme botón rojo que parpadea.

- Tienes la oportunidad de corregirlo, Philip.

- ¿De qué demonios habla?

- ¿Recuerdas las Proyecciones Sensoriales, Philip?

El entretenimiento de los Visitantes, todos lo habían experimentado al menos una vez, Todos.

- Claro que recuerdo, ¿Qué tiene que ver con esto?

- Aquellos que disfrutaron de la experiencia fueron escaneados, muchos fueron considerados dignos, pero otros fueron clasificados como descartables.

- ¿Qué? ¿Y quiénes se creen ustedes para…?

- ¿Recuerdas cuando me preguntaste cuál era el objetivo real de nuestra visita, Philip?, ahora ha llegado el momento de que lo sepas.

Todos aguardan expectantes la respuesta a la pregunta que nadie hacía pero todos tenían en mente: ¿Por qué ahora?

- Somos una raza de Correctores, otras especies, más avanzadas y evolucionadas que ustedes, nos piden que encontremos vida inteligente, nosotros la analizamos, la clasificamos y la corregimos si es el caso. Durante las Proyecciones Sensoriales implantamos un dispositivo en la cabeza de los descartables, el botón que hay en ese portafolio activa los chips y corregirá a la raza humana.

Nadie puede creer lo que Nova está diciendo, muy lentamente, Sellers abre un cajón del escritorio.

- ¿Te imaginas eso, Philip? ¡La raza humana quedaría limpia! ¡Pueden empezar de nuevo y recorrer el camino correcto! ¡Pueden tener paz, armonía y felicidad para todos!

Philip Blake se convierte, con esa simple explicación, en el hombre más poderoso y solitario de todo Estados Unidos, Whateley observa asombrado toda la escena, incapaz de indicar, aunque sea con una mirada, si está de acuerdo con lo que acaban de escuchar o lo considera todo un mal chiste.

- ¿Qué efecto tiene el implante, Nova?

- Impedirá que los descartables sigan actuando como lo hacen hasta ahora.

Un silencio espeso envuelve la sala, Underwood se toca la nuca y descubre un relieve casi imperceptible en la base de su cráneo, no puede evitar pensar en voz alta:

- Dios mío… esta maldita criatura tiene razón, tenemos algo en la cabeza.

Por instinto, Sellers y Ripper se tocan en el mismo lugar en el que Underwood tiene la mano, el cambio en su mirada le dice a Whateley y a Blake que sintieron lo mismo que Douglas.

- Lo que me pides es horrible, Nova, aún si los deja inconscientes o sólo altera sus cerebros, es algo injusto y nunca podría hacerlo.

- ¡No te atrevas ni siquiera a considerarlo, maldito imbécil!

- Ni siquiera se darán cuenta, Philip, el chip y el efecto del implante está diseñado para que la Corrección sea lo menos dolorosa posible.

- ¡Miserable perra! ¡Ni te atrevas a intentarlo, Blake!

- No podría ni pensarlo, Nova…

La respuesta de Blake queda en suspenso, inconscientemente, Philip acercó la mano izquierda al portafolio, ante el asombro de todos, Sellers saca un revólver del escritorio mientras se pone de pie y le apunta a Philip a la cabeza:

- ¡Ni si quiera lo pienses imbécil! ¡Si tu mano se acerca al botón te volaré la cabeza!

Todos guardan silencio, Blake voltea lentamente y clava la mirada en Sellers, Underwood y Ripper están perplejos, Stanley no sería capaz de matarlo frente a todos, ¿o sí?

- ¿En serio piensas hacer eso? ¿Ejecutarme frente a todos? ¡Vas a terminar en la cámara de gas, estúpido!

- Eso no me interesa, Philip, cuando era militar juré defender a este país y por Dios que voy a defenderlo a toda costa, si eso implica ejecutarte y morir a consecuencia de ello, que así sea.

- Estás siendo irracional, Stanley… ¡Estás dejando que la locura se apodere de ti!

- Es mi deber, Philip.

El tiempo parece detenerse, nadie habla, todos están tensos, han sido los ocho minutos más intensos de sus vidas, el Presidente rompe la tensión:

- Thomas Jefferson ejecutó a un hombre por traición afuera, justo en el jardín. No me obligues a convertirme en el segundo que hace eso, Philip.

Philip Howard Blake, el Hombre, observa el cañón del revólver de Sellers, está enfermo de tanta violencia, de tanto odio, de tanta estupidez… sus pensamientos son interrumpidos por una voz que habla dentro de su cabeza:

“¿Realmente vale la pena defender esto, Philip? ¿De verdad crees que sirve de algo conservar tanta estupidez, tanta ignorancia? ¿No te gustaría que la humanidad quedara libre de todo esto? ¿Poder avanzar hacia mejores cosas?, no pienses demasiado, Philip, nosotros sabemos lo que pasará en el futuro y no es agradable, deja que la humanidad evolucione, conviértete en un ejemplo para todos, sé el héroe que hizo lo que otros no pudieron por no contar con esta oportunidad… ¿Crees que ellos no lo hubieran hecho?, te equivocas, lo habrían hecho sin pensarlo dos veces.”

El Presidente cree percibir algo en los ojos de Blake, prepara el revólver para dispararlo, todos escuchan el clic del percutor al ser cargado.

- Lástima imbécil, tuviste tu oportunidad para desistir de la traición, ahora debes afrontar las consecuencias.

Antes de que Sellers pueda jalar el gatillo, Blake da un manotazo y aprieta el botón.

9

A las 9:30 de la mañana la reunión concluye con los Visitantes abandonando la Oficina Oval y el planeta Tierra, en el lugar quedan los cadáveres del Presidente, el Secretario de Estado y el Comandante del Ejército de los Estados Unidos.

Al oprimir el botón, el Vicepresidente detonó los implantes de los “descartables”, la explosión del dispositivo destrozó el cerebelo de todos los afectados. A pesar de lo aparatoso y sangriento del efecto ninguno de ellos sufrió, para el momento en que sus cuerpos empezaron a caer al piso, ya estaban muertos.

El 85% de la población de los Estados Unidos fue fulminada en el lugar en que se encontraban al momento de activarse el implante, prácticamente 9 de cada 10 funcionarios de gobierno murieron en el acto, casi la totalidad de la población anglosajona al sur del país fue exterminada.

A las 7:30 de la noche del 20 de enero de 2057, los pocos elementos del Servicio Secreto que quedaban encontraron un juez federal a las afueras de Washington, lo llevaron urgentemente a la Oficina Oval, un equipo pequeño de técnicos pudo encadenar una transmisión a nivel nacional, principalmente debido a que buena parte del personal de las cadenas de televisión habían muerto y nada impedía invadir sus transmisiones.

Cuando el juez llegó, en una rápida ceremonia Philip Howard Blake volvió a jurar el cargo que había dejado a las 9 de la mañana y recuperado media hora después, a los poco menos de 50 millones de estadounidenses que quedaban vivos no les importó un carajo, muchos habían perdido todo gracias a Blake, y poco les interesaba lo que pasaría después de la Corrección.

Hubo un pequeño detalle que Nova omitió mencionar a Philip: el botón no sólo activaba los implantes de los ciudadanos de Estados Unidos, sino los de todos los “descartables” del planeta, aunque esto provocó una mejora en las condiciones de vida de los casi 2,000 millones de seres humanos que heredaron la Tierra, países enteros desaparecieron, muchos perdieron a todos sus familiares, y la soledad y apatía tiraban por la borda cualquier intento de Blake por motivar a su pueblo.

Un año después, en una reunión sorpresa de la ONU en la Ciudad de México, los 150 países sobrevivientes de la Corrección acordaron unánimemente declarar a los Estados Unidos como un país proscrito, y al Presidente Howard Blake culpable de crímenes contra la humanidad.

Las cosas se precipitan después de eso, el 14 de febrero de 2058 Blake sobrevive un atentado perpetrado por Los Vengadores, una guerrilla californiana formada después de la Corrección, sale ileso, pero los gatilleros acribillan al Vicepresidente Whateley.

El 28 de febrero, un comando armado de los Minute Men, una guerrilla de Texas, entra en el Capitolio durante una reunión de las cámaras del Congreso y acaban con todos los Congresistas y Senadores que pueden. Joseph Russo, el Vocero de la Cámara y James Marshall, el Presidente del Senado, están entre las víctimas.

El 5 de marzo un pistolero asesina a William Mulder, el Director del FBI; por la tarde otro asesino liquida a Donald Damon, el Director de la CIA; en la noche un comando mata a Garrett Walker, el Secretario de Defensa; Blake no nombra sucesor para ninguno de los fallecidos.

La mañana del 29 de marzo llega un mensaje del Comando Aliado de la ONU a la Casa Blanca, exige la rendición incondicional de los Estados Unidos y la entrega del Presidente Blake.

 

Desmoralizado en extremo, Blake no da una sola orden al Ejército.

El mayor miedo del Comando Aliado, un ataque nuclear, se desvanece con el paso de las horas, los técnicos que cambian los protocolos de seguridad del arsenal nuclear están muertos; Blake no puede usar las bombas porque los seguros están configurados para uso personal de Patrick Sellers.

El 1º de abril, el Comando ordena combinar fuerzas y marchar sobre Washington D.C.; esa mañana, Robert Murdoch, el Secretario de Estado, se suicida frente al Presidente Blake en la Oficina Oval, luego de rendir su informe del día.

El 2 de abril, las fuerzas de ocupación entran en la capital, para las 8 de la noche reportan que el Presidente Blake está detenido y se niega a firmar la rendición, los Aliados fuerzan su remoción temporal en el Congreso y la mañana del 3 de abril, Quentin Hill, el Fiscal General, como Presidente en Funciones, firma la rendición incondicional de los Estados Unidos de América ante el Comando Aliado Global.

El 31 de octubre de 2059, luego de los juicios y la condena, el Último Presidente de los Estados Unidos, Philip Howard Blake, es ejecutado por crímenes contra la humanidad.

Lo último que cruza por su cabeza, además de la imagen de los bellos ojos de Nova, es la certeza de que a pesar de ser un hombre inteligente y haberse preciado de su sabiduría, su error más grande había sido no entender que la palabra “impedir” no significa lo mismo para todos.



¿Podemos hablar un momento?

“Mientras caminan por las catacumbas lúgubres y oscuras de la ciudad de París, cobijados por el sonido de sus propios pasos, Sophie y Jean trataban de contener la respiración, después de que Lo-Que-Sea se llevara a Marie y a Alain ambos sabían que las posibilidades de salir con vida de ahí eran cada vez más escasas, caminaban tomados de la mano, sin saber lo que estaba por venir, escuchando esas voces descarnadas, los gritos que no venían de ninguna garganta y los sonidos chirriantes que indicaban que Lo-Que-Sea estaba cada vez más cerca de ellos.

Cada paso que daban despertaba ecos siniestros por toda la caverna, y pronto ambos empezaron a sentir, a intuir quizá, que algunos de esos ecos no respondían al ritmo de sus pisadas.

Un viento frío, cortante y violento interrumpe su marcha, los gritos se alejan y se acercan volando a la par del caprichoso viento, Jean empieza a sentir que algo se acerca a él, las imágenes de sus muchos pecados empiezan a revolotear alrededor de su mente como buitres, y sabe, incluso antes de que Sophie empiece a temblar como una hoja, que él es el siguiente…”

Tocan a la puerta.

Esta vez estoy seguro que alguien llamó a mi puerta.

Me levanto furioso, ya que detesto que me interrumpan cuando estoy trabajando, camino hacia la entrada de mi despacho, enciendo la luz, abro la puerta y de un tirón dejo el paso franco hacia el pasillo.

No hay nada

Sólo oscuridad, la negrura de la noche, y nada más.

Son mis nervios que me juegan una mala pasada, me digo, seguramente es la presión de terminar con la más reciente aventura de Sophie Deveraux, los fans, mis editores, mi agente, y prácticamente cada imbécil en este planeta con la capacidad suficiente de leer una oración de corrido me piden, me ruegan, me exigen que les entregue una nueva edición de las aventuras de su detective paranormal favorita, y yo, como buen payaso de circo que soy, cumplo sus caprichos, dándoles otro fragmento más de escritura barata y decadente.

Quiero terminar con esto lo más rápido posible, necesito concentrarme en ultimar los detalles de la publicación de mi otro libro, Spikehead, el cual tuve que escribir bajo seudónimo para lograr que la tomaran en serio, de otra forma todos me habrían pedido otro libro más de Sophie antes de leer mi verdadera novela favorita.

Pasé meses en un bloqueo creativo, nada me inspiraba para agregarle más entradas a las descabelladas aventuras paranormales de la detective parisina, que empezó como un juego de borrachera, y acabó por zamparse la mitad de mi cerebro y un cuarto de mi talento de una sentada, para mí, ella era igual que los espantajos y monstruos de película Serie B que combatía: insaciable, poderosa, irresistible… y al mismo tiempo soberanamente convencional y anodina, tan débil que el más ligero ventarrón podría hacerla pedazos.

El día que me avisaron que Spikehead vería la luz (aunque fuera con otro nombre) me di cuenta que el ventarrón era real, que el huracán que podía destrozar a Sophie Deveraux y alejarla para siempre de mi vida era una posibilidad, estaba ahí, al alcance de mi mano.

Ese día terminó mi bloqueo, y aunque tuve que reescribir todo el libro, había encontrado la ruta fatalista que todo autor conoce; iba a conducir a mis personajes, con la mano firme y cruel que sabiamente recomendaba Quiroga, desde el inicio de esta aventura hacia su único final posible…

Todas estas ideas cruzaron mi mente mientras miraba estúpidamente la noche que invadía el pasillo de mi casa, convencido como estaba que sólo se trataba de la noche y nada más, cerré la puerta de golpe y volví la mirada hacia mi escritorio.

Ahí estaba.

Sentada frente a mí, real.

Viendo el lugar desde donde le di vida, donde inventé su historia, donde la convertí en la chica famosa que ahora es.

Sólo que ella nunca ha existido.

Al sentir mi mirada, Sophie volteó para mirarme a los ojos, y dijo:

- ¿Podemos hablar un momento?

Me sentía paralizado, pero pude impulsarme lo suficiente como para rodear el escritorio, cuidando de no acercarme mucho a sus mortíferas manos, y tomar asiento en mi lugar de siempre.

- Claro, ¿de qué quieres hablar?
- Sobre lo que está escribiendo, Mr. Crown.
- ¿Te refieres a La Oscuridad de las Catacumbas?
- En efecto, Mr. Crown.
- ¿Tienes algo que decirme al respecto, Sophie?
- En realidad si, Mr. Crown.
- Te escucho, entonces.

Sophie tomó aliento, se acomodó en el asiento, presumiendo su curvilínea figura al moverse, en ese momento recordé a la chica que usé para modelar su apariencia, tuve que reconocer que se parecía bastante a la original.

- ¿Por qué quiere deshacerse de mí, Mr. Crown?
- Escucha, Sophie…
- No diga nada, no se lo pregunto sólo para escuchar la respuesta, quiero entenderlo realmente… quiero comprender cómo un escritor de segunda, sin mucho talento que ofrecer, quiere deshacerse de su único producto decente, el único que lo hará inmortal.
- ¿De qué demonios ha…?
- Ya te dije que no pregunto sólo para escuchar tu respuesta, quiero entender tus motivos para hacerlo, los reales, no los que les dices a todos, sino los que sabes que son ciertos, quiero que me digas de frente porqué quieres perder lo único valioso que has hecho, porqué quieres deshacerte de mí y sumirte en el olvido y la mediocridad para siempre…

Los minutos se enlazan, clavo la mirada en Sophie, frente a mí tengo el manuscrito, las benditas palabras que la llevarán al sitio del que nunca debí sacarla, sin pensarlo mucho, le arrojo el cuaderno.

- ¿Qué es esto?
- El final de tu existencia Sophie, léelo, por favor.

Ella pasa las hojas hasta casi el final del cuaderno, justo cuando creo que va a empezar a leer, levanta la mirada y clava de nuevo sus enormes ojos verdes en mí:

- ¿Y esto de qué va a servir?
-Ahí está todo lo que quieres saber. Léelo, por favor.

Mi vacua y falaz detective preferida empieza a fijar su mirada en el texto, leyendo cómo después de ganar una épica batalla contra Lo-Que-Sea descubre que acaba de vencer a Mr. Sonneilon, su gran enemigo; al mismo tiempo se da cuenta que sus heridas son fatales, pero que ha dado la vida por proteger a la humanidad, que fue lo que siempre la impulsó a combatir a los espantajos de feria que puse como sus rivales.

Mientras ella está absorta en el texto, yo tomo algo de mi escritorio, y sin distraerla mucho empiezo a hablar:

- ¿Qué te está pareciendo, Sophie? ¿Te gusta la forma en que ganas la batalla? ¿Esa es la forma en que deseabas derrotar a Mr. Sonneilon? ¿Te hace sentir mejor saber que darás tu vida por los humanos de ese universo paralelo que inventé para ti?

Sin levantar la vista del texto, Sophie reclama:

- Esto es maravilloso, épico, pero sigue sin responder a mis preguntas, Mr. Crown.
- ¡Tus preguntas!, es cierto, lo había olvidado; verás Sophie, La Oscuridad de las Catacumbas es tu última aventura por una simple y sencilla razón.

Mi mano derecha vuela hacia Sophie. El revólver plateado que me regaló mi esposa para practicar tiro apunta a su cabeza.

- ¡No pienso seguir cargándote sobre mis hombros! seas mi único éxito o no, sea considerado un escritor de segunda o no, seas un golpe de suerte o no ¡tienes que irte, desaparecer, esfumarte… morir!

Las seis balas del revólver cruzan el escaso espacio que hay entre la boca mortal del arma y el cuerpo frágil y pequeño de Sophie, cada tiro le provoca movimientos espasmódicos que la hacen bailar sobre su asiento, la sangre salpica sus libros, el manuscrito, la transcripción de Spikehead, la pantalla de la computadora y mi rostro.

El cuerpo inerte de mi ex estrella yace ahí, bañado en sangre, descargo el revólver, tomo la caja de balas del cajón y empiezo a cargar de nuevo el arma, mientras pongo cada bala en su sitio, hablo con voz severa y tono autoritario:

- No tengo idea de cómo pasó esto ni que desviación de la realidad permitió que ella viniera hasta acá a reclamarme, pero sí se esto: si alguno de ustedes pretende venir  y hablar conmigo de nuevo, ya sabe la bienvenida que le daré.

Cuando el revólver estuvo cargado, reintroduje el tambor al arma con una sacudida de mi muñeca, me dirijo de nuevo a mis libros, mis manuscritos, mis pruebas de edición, y hablo a mis adorados personajes:

- Aquí no se admiten cuestionamientos, ni preguntas, ni solicitudes de ningún tipo; aquí, yo mando, ustedes sólo responden; aquí, yo soy Dios, el Diablo y el Mundo; aquí, Yo soy el puto amo… ¡¿Quedó claro?!

El silencio invade de nuevo mi despacho, no hay cadáver por supuesto, es sólo mi imaginación que me juega malas pasadas y me presiona para terminar con la novela.

Sin más, limpio la sangre de la pantalla de la computadora y sigo escribiendo.