domingo, 26 de julio de 2015

Una Mirada

Prólogo

Las luces de cientos de cámaras apuntan hacia su rostro, cientos de micrófonos tratan de recoger sus palabras, decenas de flashes, disparados al mismo tiempo, lo dejan ciego por unos instantes, camina entre la multitud, pero a nadie escucha, sabe que hablan, que le preguntan cosas, pero él se siente incapaz de contestar nada, el rugido de los miles de reporteros reunidos para la ceremonia no llega a sus oídos, lo único que puede escuchar es el latido de su corazón, lento, pausado y ensordecedor, retumbando dentro de su cabeza como un mazo pulverizando piedras, da algunos pasos, se siente mareado, y cuando está a punto de desistir por enésima vez, alcanza a ver a La Estrella, la Diva del Siglo XXI, como acaba de bautizarla un reportero, la actriz más famosa del planeta, la protagonista principal de su más reciente película.

Ahí está, contestando a los reporteros con frases ingeniosas sacadas de su repertorio particular, puede ver los rostros deformados por las carcajadas, los cuales adquieren una forma grotesca gracias al maquillaje y los retoques que tratan de esconder la edad, todos ríen, todos celebran las ocurrencias de Eve, todos caen rendidos por su encanto, todo el maldito y miserable universo ha sido conquistado por ella… por esa cosa.

¿Cómo nombrarla ella, cuando el bien sabe lo que esconde?, ¿Cómo reconocer su humanidad si para él no es misterio que nada tiene de humano?, la desesperación lo hizo caer muy bajo, pero este chiste, diabólico y depravado, está a punto de terminar.

Todo pasa en cámara lenta dentro de su cabeza, el hombre mete la mano derecha dentro de su saco mientras camina decidido hacia su objetivo, algunos notan su actitud decidida y esperan que se produzca alguna escena desagradable a las que los ha acostumbrado, pero nadie espera que, a pocos pasos del sitio donde Eve habla con los reporteros, Michael Knight desenfunde un revólver y lo apunte directo al sitio donde tiene clavada la mirada… la nuca de La Estrella.

Todo pasa en un instante, los reporteros apenas empiezan a gritar, los flashes oportunos capturan las fotografías que serán portada en los diarios del día de mañana, Knight aprieta ligeramente el gatillo del arma, el sensible percutor se dispara, golpea el fondo del casquillo y hace volar la bala a través del cañón, la velocidad considerable y el tamaño del proyectil son irrelevantes, ya que la cabeza de Eve está a menos de quince centímetros de la boca del revólver.

El instante mismo del disparo queda inmortalizado en una fotografía, la única del instante fatal, que se hará famosa en los años venideros, y que será expuesta junto con otras fotos, más antiguas pero igual de impactantes, en todas las exposiciones relativas al fotoperiodismo; cuando el flash se apaga, todo el incidente ha pasado a la Historia, los reporteros comienzan a balbucear, los más inteligentes ganan aplomo y pueden dar la noticia, que a partir de ese momento incendiará todas las redes y se volverá viral en menos de una hora, para cuando el sol vuelva a despuntar, todo el mundo sabrá lo que ha pasado.

Michael Knight, el director de Desesperación, la película del año, asesinó a Eve Knickerbrocker minutos antes de que comenzaran los Oscares.

Para muchos, esto era el inicio de una asombrosa noticia que daría para semanas y semanas de información, Knight sabía, sin embargo, que esto era el final lógico para la historia de Eve Knickerbrocker…

Primer acto

Eran las dos de la mañana cuando sonó el teléfono, Michael sabía por experiencia que es la hora que siempre escogen los artistas para molestar; él mismo se permite considerarse uno de ellos, sin embargo, nunca ha tenido la falta de tacto necesaria para importunar a alguien a esas horas, tarda más de la cuenta en despertarse, malhumorado, estira el brazo para tomar el teléfono, lo descuelga y la persona que está al otro lado del aparato empieza a hablar sin esperar a que responda…

Unos segundos después, pega un brinco y cae de la cama, le acaban de dar la peor noticia que ha escuchado en toda su carrera, ni siquiera sabe qué decir, los gritos de su agente lo sacan del trance, sólo se le ocurre externar con un grito lo que inunda su mente en ese momento:

- ¡¿Cómo diablos dejaste que pasara eso, Bill?!

A la mañana siguiente, todavía malhumorado, Michael toma café mientras observa cómo la noticia de su humillación recorre el mundo de lado a lado, Mila Howard, la actriz principal de su nuevo proyecto, había decidido utilizar la cláusula de salida en su contrato para dejar la película a la mitad, la misma cláusula que el insistió en eliminar y que el agente de Mila logró conservar negociando con los productores, a espaldas de Michael.

No hay nada que hacer, es lo que Bill le había dicho… malditos imbéciles, nunca van a ser capaces de entenderlo, su maldito descuido acaba de tirar su proyecto, el homenaje que tenía planeado no va a completarse, y para Michael ya no existe la opción de empezar de cero; es el último de su especie, y pronto ésta morirá con él.

Michael Knight, el último director de cine tradicionalista, va a culminar su gloriosa carrera con una película incompleta, que tomará su lugar junto al Quijote de Orson Welles y acompañará al Napoleón de Stanley Kubrick en el apartado de las mejores películas que nunca se hicieron… Desesperación no verá la luz, y dejará un vacío permanente.

¿Es que acaso a nadie le importa?, ¿En serio están tan absorbidos por el vacío que prefieren cazar fantasmas a tener algo real?, ¿La humanidad ya cayó tan bajo como para hacer de la perversión del arte la norma?, ¿Les importa esto, de todos modos?, ¿Alcanzan a entender la diferencia entre la película hecha con actores reales, y las fantasías generadas por computadora que ahora todos aman?

Ya nadie hace cine como es debido, todo lo que se escribe, lo que quiere contarse, se procesa por medio de computadoras, ellas son las que se encargan de dar “vida” a todos los proyectos actuales, ya no son necesarias las locaciones, el vestuario, las luces, los técnicos… tampoco es necesaria la cámara, y mucho menos los actores, se ha refinado tanto esta tecnología, que la gente no distingue entre un programa de computadora y la realidad filtrada a través de una cámara de cine.

Con los años, incluso el oficio de director dejó de ser fundamental en la película, ahora son más editores que otra cosa, las tomas salen a la primera, todo es perfecto desde el principio, hoy sólo es necesario tomar las piezas generadas por las máquinas y armar el rompecabezas… corren rumores, cada vez más certeros, de que algunos incluso acomodan las piezas de acuerdo a lo que la máquina dicta.

Hace muchos años, esto hubiera sido una aberración, y sin embargo, empezó a hacerse más y más común, hasta que un grupo de disidentes, de los que Knight era el último superviviente, había decidido ir contra la norma y seguir haciendo todo como los grandes, sin importar el esfuerzo, el trabajo infernal y el dinero que fuera necesario.

¡Ah, y las cosas que lograron hacer!, revivir las glorias de Hitchcock, Kubrick, Tarantino, Aronofsky, Anderson, Von Trier y una larguísima lista de grandes hombres que dedicaron su vida a plasmar sus sueños, sus obsesiones, sus demonios y hasta sus pesadillas, para que todos participaran de ellas.

Pero el tiempo es omnipotente y con el paso de los años, uno por uno, los miembros de este grupo de nostálgicos fueron cayendo, fuera por retiro, enfermedad, muerte o cansancio, el exclusivo club de tradicionalistas fue disminuyendo más y más, hasta que Knight fue el último de sus apóstoles, el único que jamás había cedido al avance imparable de la perfección, a diferencia de varios de sus compañeros.

El jamás había utilizado la tecnología para suplir al alma, y nunca lo haría.

Segundo Acto

Michael lleva horas mirando estúpidamente el vaso que tiene frente a él, el bar está semivacío y los pocos parroquianos que quedan lo ignoran abiertamente, el mundo entero lo rechaza, no por desprecio hacia él o su trabajo, sino hacia el aura de humillación que desprende, sin que ninguno de los presentes lo sepa, la vida de Knight está a punto de cambiar.

La puerta se abre, algunos observan a un hombre alto, vestido con un traje azul impecable, que observa a todos los presentes hasta fijar la vista al fondo de la barra, donde Michael bebe sin consuelo, decidido, el hombre de azul camina hasta él, toma asiento a su lado, y empieza a hablar sin que nadie se lo pida.

- ¿Mr. Knight?

Michael lo observa por un segundo y se refugia de nuevo en el fondo del vaso que tiene frente a él, murmura:

- ¿Quién quiere saber?
- Mi nombre es Maximilian Berg, y tengo una propuesta para usted de parte de un cliente muy importante.
- ¿A sí?, ¿Y puedo saber quién es ese hombre tan importante que no pudo venir en persona?
- Con gusto le diré su nombre, Mr. Knight, aunque estoy seguro que no le dirá nada; mi cliente es Walter H. Collins, y él desea ofrecerle su ayuda para salir del problema en que está metido.
- ¿Walter H. Collins?, ¿Quién es él y qué interés tiene en ayudar a un paria como yo?
- Una cosa a la vez, Mr. Knight, permítame hablar con usted en un lugar más privado, y terminaré con todas sus dudas… ¿Acepta hablar con nosotros?

Michael no sabe que decir, pero sabe perfectamente que no tiene nada que perder, y sería imposible que las cosas empeoraran.

- ¿Por qué no?, súmense a la fiesta y tomen lo que quieran, estamos de oferta hoy.

Tercer Acto

- Muy bien Mr. Knight, ¿Qué le parece?

Michael está asombrado, Berg acaba de poner ante sus ojos la solución de todos sus problemas, está ahí, mirándolo con esos ojos extraños, él sabe que están vacíos, carecen de alma o de sustancia, pero esta sombra, por primera vez en la vida de Knight, tiene algo dentro de ella que no es posible definir, y que la distingue de todas las que ha visto hasta ahora.

- ¡No es posible!, ¿cómo lograron hacerlo?
- Ya se lo dije, Mr. Collins es un tipo extraordinariamente talentoso, ahora que está por culminar el proyecto de su vida, quiere una prueba de que su esfuerzo valió la pena, ha seguido sus instrucciones al pie de la letra, y por su reacción, puedo ver que Mr. Collins estará más que satisfecho con el resultado.

Michael no puede creerlo, lo que sus ojos registran no es lo que su mente conoce, y el conflicto lo deja a la deriva, sin pensar mucho en esto, dice:

- ¿Puede dejarme a solas un momento con ella?
- Por supuesto – contesta Berg – si quiere hablarle, sólo diga su nombre: Eve.

Una vez que todos habían salido, Michael rodea a la creación magna de Walter Collins, se maravilla con el rostro magnífico, las proporciones ideales y la sensación de calma y tranquilidad que transmite, sin embargo, lo que más roba su atención son los ojos, y esa misteriosa energía que irradia de ellos…

- ¿Eve?
- ¿Si?
- Hola, yo soy…
- … Michael Knight, tu eres el famoso director de cine, ¿no es así?
- Yo no diría que famoso…
- ¿Qué?, ¡Pero claro que lo eres!, tu talento y lo que has logrado hasta ahora pasará a la Historia, ¿para qué la modestia, entonces?

Eve se veía tan agradable, tan real, tan verdadera como cualquier cosa que Michael hubiera hecho en su vida, fue en ese momento que lo supo, la Revelación golpeó su mente y ya no lo dejó tranquilo.

Epílogo

Por supuesto que Michael Knight nunca enfrentó acusación o juicio alguno por lo que hizo aquella noche, la ceremonia de los Oscares se llevó a cabo como estaba planeado, los votos ya no podían ser cambiados a raíz del incidente, y justo como se esperaba, Desesperación se llevó los premios más importantes, los rumores señalan que sólo uno de los sobres que fueron abiertos esa noche era diferente al resto, el cambio de última hora obedeció, dicen, al disparo que recibió Eve Knickerbrocker, se dice que la Academia no iba a permitir que el premio fuera para ella a raíz de lo que se reveló esa noche.

Michael recibió el premio a mejor director y se convirtió en el último tradicionalista en ganar el premio, no estuvo presente para recibirlo, y le fue entregado al día siguiente, cuando salía de la oficina del Sheriff del condado de Los Ángeles, Knight colocó el premio en su repisa al llegar a casa, y acto seguido se sentó frente a su vieja computadora, y redactó la última declaración de su carrera:

… la decisión la tomé el día en que me presentaron a Eve, Mr. Berg asegura que Walter Collins solamente siguió mis instrucciones, pero Mr. Collins logró imprimir algo en la mirada de Eve que me convenció de dos cosas: primero, el grado de perfección que había en ella era inalcanzable para el resto de nosotros; segundo, ella era la demostración final de lo bajo que ha caído la sociedad, perseguimos tantas sombras que dejamos de apreciar lo real, y ahora incluso logramos falsificarlo, eso hace que mi oficio se vuela irrelevante, siendo su objeto principal la creación de realidades alternas que parezcan reales, aun cuando son falsas.

¡Felicidades a todos!, ahora tienen sombras y fantasmas a los que pueden abrazar y llamar “reales”, eso es a lo que su mediocridad e ignorancia los ha llevado, el único consuelo que me llevo, aparte de haber culminado mi obra final, es saber que, cuando las sombras cubran la Tierra, la de Eve Knickerbrocker no estará entre ellas.

Ese maldito androide regresó al lugar de donde Collins lo hizo surgir, e imagino que nunca volverán a ver algo parecido, espero de todo corazón, que así sea.

Atentamente
Michael Knight”.


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