viernes, 1 de noviembre de 2019

La Ocupante (Halloween Special)


Era viernes por la tarde, Roxana Álvarez trataba de avanzar entre el tráfico para llegar a casa, había tenido una semana horrible, mostrando casas a los clientes de su jefe por toda la Ciudad, muchos interesados y pocos tratos cerrados tenían a Fermín al borde de la histeria, ya en otras ocasiones habían sobrevivido a los baches inmobiliarios de la Ciudad de México, pero su jefe tuvo la idea de invertir en un proyecto que había salido mal y buscaba dinero hasta en las alcantarillas.

Tal vez eso fue lo que lo llevó a aceptar el ofrecimiento de un grupo de jóvenes que se dedicaban a grabar videos cazando fantasmas, su canal en YouTube era uno de los más populares de México, y le ofrecieron a Fermín una jugosa cantidad por dejarlos hacer un especial en una de las casas que ya debería haber vendido.

La mansión de la familia Vega llevaba abandonada más de 30 años, los propietarios actuales, nietos de quienes construyeron y habitaron la casa, no querían saber nada del inmueble, Fermín creía que no le veían potencial, pero Roxana sabía que el lugar les inspiraba una especie de temor reverencial, no se atrevieron a tocarla mientras los habitantes originales, hijos de la pareja que compró y mandó construir la casa, estuvieron vivos, una vez que el último falleció, tiraron el lugar al abandono y buscaban deshacerse de él a como diera lugar.

A pesar de la negligencia, la casona de los Vega se alzaba orgullosa en Bosques de las Lomas, una de las colonias más exclusivas de la Ciudad, era uno de los primeros terrenos que se vendieron cuando se fundó el fraccionamiento, hacía más de 80 años.

Todo eso pasó por la mente de Roxana cuando, a punto de llegar a su departamento, Fermín la llamó para pedirle, como un favor muy especial, que acompañara al equipo de grabación a la casa y los dejara entrar, luego de una discusión, algunos reclamos y la promesa de darle 15 mil pesos del dinero que iban a pagarle, Roxana aceptó.

Mientras conducía hacia la residencia, Roxana tuvo tiempo de recordar las leyendas que corrían por la Ciudad sobre la propiedad, había de todo: desde los que decían que había sido sede de asesinatos brutales a los que decían que en su sótano estuvieron cautivas muchas de las jóvenes desaparecidas en la metrópoli; Fermín le dijo que todo eran mentiras y rumores, pero ella no estaba tan convencida.

Para ella era claro porqué los muchachos habían elegido el lugar.

Al llegar a la casa, Roxana encontró a un grupo de personas preparando las cámaras, el líder del equipo se adelantó para presentarse:

- ¿Señora Roxana?
- Roxana nada más.
- ¡Mucho gusto!, soy Eduardo, el productor, ¿ya ha visto nuestros videos?
- La verdad no, tengo poco tiempo libre.
- Bueno, ya tendrá chance de vernos cuando terminemos, ¿o no?
- Supongo que sí.

Mientras Eduardo le presentaba a los demás, Roxana se distrajo recordando su primera reunión con Jorge Vega, a quien los dueños de la casa habían elegido como representante común por dos razones: era un abogado experto en inmuebles y el más escéptico de la familia, durante la junta el Licenciado Vega le dio todos los documentos necesarios para vender la casa y platicó un rato con ella sobre la mansión, después la llevó a conocerla.

- ¿Le parece bien?

La pregunta de Eduardo la trajo de vuelta a la realidad, Roxana tuvo que pedirle que la repitiera.

- ¿Quiere acompañarnos, por si dañamos algo?

“Ni loca” pensó Roxana, pero se limitó a negarse cortésmente y a explicarle a Eduardo que la casa estaba abandonada desde hacía años, y la intención de la familia Vega era venderla para que fuera demolida, a precio de terreno, si era preciso.

- ¿Y cuánto sería eso, si no es indiscreción?
- Unos 3 millones de pesos
- ¡No jodas!, ¿es en serio?

Roxana y Eduardo miran a Merlina, una mujer joven y de estatura mediana; miembro del trío de investigadores.

- Si, es en serio.
- ¿Y por qué la generosidad?, la gente de esta zona no suele ser tan desprendida ¿o sí?
- No, creo que los dueños le temen a la casa.
- ¿Tú que piensas sobre la casa, Rox?, ¿también le tienes miedo?

Roxana miró hacia las ventanas de la mansión y recordó lo que vio en ellas cuando la visitó por primera vez, un escalofrío recorrió su espalda, y habló sin pensar:

- Cuando vine aquí con el representante de los dueños, entré y vi toda la casa, el ático, la cocina antigua y el salón de estar, con su candelabro tan elegante, vi las recámaras y la cava de vinos, me senté en el comedor y admiré el reloj cucú mientras el Licenciado Vega buscaba una vieja foto de sus abuelos, pasé a la cochera a ver dos autos clásicos acumulando polvo, recorrimos el sótano y todo parecía en orden, íbamos a salir cuando Vega recibió una llamada relacionada con los autos, se metió al garaje y me dejó aquí afuera.
- ¿Y viste algo?

Roxana abre la puerta, todos entran al jardín y la historia continúa:

- Pues ver, lo que se dice ver, no; pero sentí como si alguien me viera desde el ventanal que da al pasillo de las recámaras, pude sentir claramente los ojos y la mirada pesada de alguien que no estaba en la ventana, sentí que la temperatura bajaba, una corriente de aire helado me golpeó, y pude escuchar algo parecido a un murmullo…
- ¿Y luego?

Los muchachos están preparando su equipo, prueban las cámaras y micrófonos, Merlina mira con curiosidad a Roxana, otro de los muchachos la graba esperando el final de la historia.

- Luego el Licenciado Vega salió del garaje y la sensación acabó.
- ¿Y eso fue todo?
- Pues sí, quizás no fue muy espectacular, pero para mí fue aterrador.

Merlina le hace una seña al camarógrafo, que se enfoca en otra cosa, pone una mano sobre el hombro de la vendedora y dice:

- No te preocupes, no importa si fue espectacular o no, ese tipo de testimonios siempre le dan contexto a nuestros videos.

Roxana sonrió y siguió con la vista los preparativos de los muchachos, en menos de diez minutos tenían todo listo, Merlina la miró justo antes de entrar a la casa y preguntó:

- ¿Segura que no quieres entrar?, estarías más cómoda aquí adentro, en la estancia, que afuera.
- No hay problema, hay una banca junto a la entrada, puedo esperar a que terminen allí.
- ¿Tienes miedo de que pase algo verdad?
- O de que no pase nada y la tomen conmigo, muchachos.

Merlina le sonrió, y respondió mientras cerraba la puerta.

- Si lo que me contaste es cierto, estoy segura que eso no va a ser un problema.

La vendedora se quedó unos momentos frente a la puerta, escuchando cómo los muchachos empezaban a recorrer la casa y pasaban de un cuarto a otro, pudo ver las luces de sus cámaras mientras se perdían en el pasillo que daba al comedor y la cocina.

Tomó su teléfono y se sentó en la banca, sintió frío, un viento helado recorría el patio a pesar de ser octubre, estaba viendo un video cuando escuchó un grito, a través del vidrio esmerilado de la entrada vio cómo todos subían corriendo hacia la estancia, seguro había pasado algo en el sótano.

Después de un rato, las luces se dirigieron a la biblioteca y se apagaron, por unos segundos no oyó nada, de pronto un grito aterrador salió de la casa, Roxana no pudo decir si de la biblioteca o de otra zona, un par de luces se encendieron y apagaron rápidamente, tres personas gritaron, una luz se encendió en la estancia y todo regresó a la calma.

Una de las lámparas se encendió de nuevo e iluminó la sombra de algo o alguien parado frente al vidrio esmerilado de la entrada, todo fue un caos, las luces se encendieron y los muchachos empezaron a correr por toda la casa.

Roxana no sabía qué hacer, quiso llamar por teléfono a Fermín, pero un grito la hizo tirar el celular, un golpe seco la sorprendió, sonó como si alguien hubiera sido arrojado contra la puerta del garaje, a la luz de la luna distinguió una mano a través de los cristales, en la muñeca llevaba el mismo reloj que Eduardo.

La mujer quiso gritar, pero quedó paralizada cuando la mano desapareció como si alguien hubiera arrastrado el cuerpo de vuelta a la casa; otro grito la hizo concentrarse en la biblioteca, donde una mancha de sangre cubrió la ventana, un golpe brutal en la entrada de la casa le indicó que otro de los jóvenes había sido arrojado contra la maciza puerta.

Tres de las luces subieron hacia la planta alta para tratar de alcanzar el ventanal que había en el pasillo de las recámaras, Roxana supuso que trataban de llamar su atención, se inclinó a recoger su teléfono, pero los gritos la detuvieron, se escucharon dos golpes y una luz cayó por la escalera hasta la estancia.

De pronto, alguien fue arrojado contra la ventana, el vidrio se rompió y un cuerpo cayó de espaldas en el patio, Roxana se acercó para tratar de ayudar a quien había caído, y resultó ser Merlina, quien murió por el impacto.

La mujer quedó aterrada, no sabía qué hacer, a quién llamar, a dónde correr, de pronto, un sonido metálico llamó su atención, una bolsa negra había caído al patio a pocos metros del cadáver de Merlina, Roxana se acercó a la bolsa y la tomó, resultó especialmente pesada, al abrirla, encontró varios centenarios, muy viejos, que aún brillaban a la luz de la luna.

Al levantar la mirada se encontró de frente con lo que no había querido ver la vez anterior que había estado en la casa: la figura oscura, sin rostro y aterradora de una mujer que la había visto desde el ventanal en su primera visita.

Roxana no pudo hacer nada, la presencia habló con una voz profunda, que quedó grabada por años en la mente de la vendedora:

- Hay más para ti si me entregas otros.

Dicho lo cual desapareció.

La mujer miró las monedas de oro, sin duda valían mucho más de lo que ella ganaba en un año, quizás no habría aceptado aquél trato diabólico, tal vez nunca habría pensado en tomar aquella oportunidad maldita, no lo sabremos nunca, porque en ese momento sonó su celular y el nombre de Fermín apareció en la pantalla.

Roxana tomó el teléfono, dando la espalda al cadáver que sangraba en el patio, y sólo dijo:

- Tienes que venir, tuvimos problemas con tus amigos.

Después de que su jefe colgó enfurecido, Roxana empezó a pensar en qué se compraría con las monedas que la señora Vega le daría por él.

El Espíritu de las Cosas (Halloween Remastered)

- Buenos días. Es hora de levantarte León.

Cuando escucho eso recuerdo el despertador de mi padre, todas las mañanas nos despertaba el sonido de un Fórmula 1; detesto decir que ahora extraño eso.

- Ya, estoy levantado.

Mi madre era igual, conservó las cajas de música que fueron tan populares a principios de siglo hasta su muerte, nunca logré entenderlas, como tampoco entendí la música que les fascinaba.

- Debes salir a las 8:15 de la mañana.
- Ya sé, dame un minuto, ¿quieres?

Ella murió hace poco, mi padre la sobrevivió seis meses, durante los cuales su impulso vital se extinguió, se encerró en su estudio, viendo los programas y películas que amó; se quedó en su mund0 hasta que una mañana mi hermano lo encontró, murió mientras dormía.

- Tienes que bañarte.
- Ya voy.

No me malentiendas, los amaba, pero no estuve tanto tiempo a su lado como mis hermanos, así que nunca pude comprender su fascinación por su época, mi padre decía que la tecnología de sus tiempos ayudaba, no controlaba.

- Es hora de salir.
- Te escuché, Heidi, me voy.

Nunca supe por qué detestaban a los androides, que ahora son fundamentales para todos, se encargan de todas las labores engorrosas, juegan todos los deportes peligrosos e incluso pueden comunicarse con casas automatizadas.

Mientras conduzco leo las noticias en el tablero, los terroristas azotando Oriente Medio, la misma guerra comercial en Asia, Rusia y China imponiendo su condición de superpotencias en alguna conferencia, Estados Unidos hundido en la misma Guerra Civil.

Una noticia llama mi atención:

La Directora de Desarrollo del Conglomerado de Corporaciones Consolidadas, Lisa Jobs, anunció el lanzamiento de un nuevo producto a través de una nueva empresa, Joy Division, dicho producto revolucionará la sexualidad humana y abrirá nuevas posibilidades en su estudio.

El producto se llama Satisfaction Maidens; son androides destinados al uso sexual de sus dueños, la señorita Jobs explicó que la CCC unió la tecnología más avanzada en robótica con los prototipos más avanzados de robots sexuales que se hicieron a finales de los años 30, cuando estos productos fueron prohibidos en algunos países.

Los Satisfaction Maidens se venden a gusto del cliente, la apariencia física y el rostro pueden cambiarse a voluntad sin afectar su funcionamiento, están recubiertos con una piel de silicón de última generación, sus creadores, Gordon Cromwell y Francis Hammond, indicaron que sus androides pueden hacer todas las tareas que están fuera del alcance de las casas automatizadas, además que: “son capaces de cumplir las fantasías y los deseos ocultos del usuario, sin sufrir consecuencias”, la señorita Jobs informó que el mantenimiento de los nuevos androides tendrá el mismo costo que los actuales.”

Una gran noticia para mi compañía: el único capricho moderno de mi padre, quien montó una refinería de titanio que utilizaba para los autos de carreras con los que él y mi madre compitieron, sin embargo, cuando los androides se masificaron en la década de los 40, el titanio se volvió un material muy cotizado y ese imperio era nuestra herencia.

En la entrada de las oficinas me espera Luis, mi mano derecha:

- Buenos días, ¿cómo va todo?
- La CCC nos contactó, los jefes de la nueva división quieren una reunión.
- ¿Qué buscan?
- Quieren usar nuestras carcasas en sus nuevos juguetes.
- Pero la CCC fabrica sus carcasas, ¿No hacen las de Michael y Nigel, los pilotos de Ferrari?
- Así es, pero esperan ventas masivas en América, y los costos de las carcasas deportivas son muy altos, quieren algo más ligero a menor costo, esto podría ser el negocio del siglo, y creo que debemos entrar.
- Suena bien, aunque tengo dudas sobre la manera en que operan los androides, una cosa es tenerlos corriendo autos y otra involucrar sentimientos, ¿cuándo quieren la reunión?
- Pasado mañana.
- Programa la reunión e investígalos, quiero saber cómo funcionan los androides y quién los programa, y quiero saber la diferencia que tienen sobre los androides comunes.

Esa noche, mientras trato de dormir, sigo preguntándome: ¿cómo harán los androides?, ¿cómo estarán programados?, ¿despertarán sentimientos en la gente?, de ser así, el negocio del siglo podría terminar en la ruina del milenio.

Al día siguiente, Luis me esperaba con los datos necesarios para la entrevista:

- Gordon Cromwell y Francis Hammond son dos de los programadores y hackers más temidos de Europa, los expulsaron de Oxford por mala conducta, no hay muchos detalles, pero hay rumores acerca de una mafia que se dedicaba a traficar con cualquier información que pudieran obtener en la red, se rumora que ellos eran los líderes de la organización.
- ¿Y qué hay con la programación?
- La CCC y Joy Division no dan información, pero hice un par de llamadas y el funcionamiento es muy sencillo: obedecen órdenes, pueden seguir varias series de instrucciones, analizan la información y pueden sugerir cambios; los androides de Cromwell y Hammond se diferencian en que pueden memorizar instrucciones, ordenarlas en una rutina y pueden hacer cambios en las instrucciones para cumplir su orden primaria: satisfacer al propietario en lo que quiera.
- ¿Entonces estos androides razonan?
- De una forma básica.
- Eso es justo lo que me preocupaba, ¿cómo saber si no estamos abriendo la caja de Pandora con esa programación tan independiente?

Justo acababa de terminar la frase, cuando mi asistente abrió la puerta:

- Señor, los señores Cromwell y Hammond están aquí.
- Hazlos pasar.

Segundos después, un tipo alto, con el cabello ensortijado y negro, facciones duras y ojos azules entró a mi oficina junto con un tipo bajo, de cabello negro quebrado y ojos café claro, ambos vestían ropa casual y parecían más jóvenes de lo que eran, el más alto se acercó:

- ¡Hola!, ¿qué tal?, soy Francis Hammond, él es Gordon Cromwell.
- Mucho gusto en conocerlos, ¿en qué podemos ayudarles?
- Bueno, mi socio y yo hemos formado una compañía conjunta con la Corporación Matriz…
- Para ofrecer los Satisfaction Maidens en todo el mundo.
- ¡Muy bien!, ya sabe qué ofrecemos, entonces sabe qué necesitamos.
- Suponemos que necesitan carcasas de menor resistencia y costo que las deportivas.
- ¡Perfecto!, en ese caso, podemos discutir los términos para que ustedes puedan proveernos de lo que necesitamos.

Revisamos las especificaciones e hicimos estimaciones, lo que Hammond y Cromwell querían costaba menos de 25% de lo que costaba una carcasa normal, ellos aceptaron pagarlo al 35% del valor de la versión deportiva, a cambio nosotros nos convertíamos en proveedores de las carcasas en lugar de ensamblar los androides, como normalmente se hacía, por los volúmenes de venta que se esperaba, tuvimos que contratar más personal y ampliar la producción.

Cromwell y Hammond inauguraron la nueva fábrica de Joy Division unos meses después, cerca de la nuestra, al evento asistieron el Presidente y todo el gabinete, los Primeros Ministros y Presidentes de los países miembros de la Confederación de Estados del Sur firmaron acuerdos para facilitar el traslado de los Satisfaction Maidens semanas después; a pesar del enorme éxito en ventas la Unión Europea había prohibido el producto, lo que no impidió el contrabando a España, Francia, Polonia y los Balcanes; toda la región árabe, que en un principio rechazó el producto, cayó acorralada entre el mercado clandestino de los Balcanes, el de África y la zona de China e India.

Un año después de la inauguración de la fábrica en México, y a pesar de algunos problemas de logística, Joy Division había vendido más de 250 millones de unidades, Cromwell y Hammond se convirtieron en dos de los hombres más ricos del planeta, confiados en el éxito de su producto, dedicaban sus vidas a dar ostentosas fiestas y comprar autos de ensueño, para mis hermanos y para mí, todo ese alboroto parecía encubrir algo más.

La red estaba llena de rumores, había un problema con los androides de Joy Division, un secreto que hacía renunciar a los programadores, a la CCC forrarlos en oro y dejarlos desaparecer de la vida pública; los usuarios se quejaban que los androides no coincidían con sus especificaciones, pero abandonaban las quejas y se negaban a cambiarlos en cuestión de horas.

Mis hermanos empezaron a presionar para obtener información sobre el error, pero al no tomar parte en el armado de los androides no podía averiguar más, cuando el nerviosismo de mis socios llegaba al límite, Cromwell y Hammond me enviaron un regalo a través de James Murphy, el director de Joy Division en América.

No es difícil imaginarlo, ante la desconfianza de mis hermanos, Hammond y Cromwell me enviaron un ejemplar de muestra que no aceptarían que devolviera, yo acababa de terminar una apasionada relación y ella se había mudado un día antes, sin motivos para negarme, tuve que aceptar el producto.

- Buenas tardes, León, tienes un paquete.
- Gracias, Heidi.

En la sala hay una caja con una nota, mientras se abren las ventanas del piso superior y el aire fresco del Distrito Central entra a la casa, me acerco al paquete y leo la nota:

“Estimado amigo:
Aquí tienes un regalo, como muestra de nuestro aprecio por toda tu ayuda, espero que lo disfrutes y puedas disminuir la desconfianza de tus socios.
Con afecto:
Francis y Gordon.
P.D. Suponemos que será de tu agrado, si no, podemos cambiar lo que quieras.

No sé qué me impulsó a abrir la caja; pudo ser curiosidad, la soledad, o haber perdido mi relación más reciente; no lo supe entonces y no lo sé ahora, pero con el pulso acelerado y la adrenalina a tope abrí la caja y admiré su contenido.

Adentro estaba una de las Satisfaction Maidens, parecía estar dormida, en su rostro había una sutil sonrisa y un letrero dentro decía:

“¡Hola!, mi nombre es Rita, para despertarme sólo llámame”.

La muñeca tenía cabello rubio, corto, lacio, recortado a la altura del cuello, facciones delicadas, nariz recta, labios carnosos, mentón redondeado y supuse, ojos verdes; brazos delgados coronados por dos manos delicadas, de largos y finos dedos; voluptuosa, de pechos grandes, vientre plano y grandes caderas que dejaban imaginar un trasero saludable, muslos generosos y piernas torneadas.

- ¿Rita?

La muñeca abrió los ojos, verdes, me miró y sonrió, el aparato que emite su voz tiene grabada una especial, es grave pero lo suficientemente suave para que uno sepa que se trata de una mujer, no una niña.

- ¡Hola!, ¿tú debes ser León, cierto?
- Así es, soy León.
- Mucho gusto en conocerte, me dijeron que eres un viejo amigo de Cromwell y Hammond, y me encargaron que te cuidara y te consintiera.
- ¡Vaya!, qué original programación.
- ¿Programación?, querido, ellos no nos programan, simplemente nos dan instrucciones.

Por un minuto olvidé que los androides no consideran estar programados, un pequeño detalle, común a todos, que los hace considerarse servidores de sus creadores, sólo cumplen las instrucciones que ellos les dan.

- Disculpa, León, ¿podrías ayudarme a salir?
- Claro, Rita, disculpa.

Cuando la ayudé a salir entendí el éxito de ventas, daba la impresión de ser una mujer real, la piel no parecía sintética, era silicón de última generación, sus movimientos eran naturales, cuando liberé sus piernas y ella pudo salir, me di cuenta que anatómicamente era perfecta.

- Eres más guapo de lo que me dijeron, ya que me despertaste y me ayudaste a salir, déjame agradecerte como es debido.

Antes que pudiera hacer algo, me lanzó al sillón, se abalanzó sobre mí y empezó a quitarme la ropa a tirones, de poco sirvió que tratara de detenerla, supuse que este encuentro había sido preprogramado, así que me dejé llevar.

A la mañana siguiente, desperté, salí a la terraza y llamé a Luis para contarle lo que había pasado, él me contó que había rumores sobre una revisión general de los 550 millones de androides de Joy Division, al mismo tiempo, el gobierno de China, impulsado por los propietarios de los androides, estaba considerando una regulación para impedir la revisión y el posible deshecho de los Satisfaction Maidens, aún no se sabía qué estaba motivando la revisión y la reacción extraña de los chinos.

Mientras desayunaba, escuché unos ligeros pasos en la escalera, segundos después, cubierta sólo por la playera con la que había llegado, la muñeca se sentó en el comedor, tenía el pelo revuelto y una sonrisa que le daba un toque muy realista, me miró y dijo:

- ¡Que noche!, eres mejor de lo que me habían dicho.

Por un momento no reaccioné, me pareció natural su respuesta, pero sólo por un segundo:

- ¿Qué? ¿Qué acabas de decir?
- Que eres mejor de lo que me habían dicho, por lo que sé eres apasionado, pero lo de ayer fue asombroso.

Me puso de mal humor, dejé mi departamento para ir a trabajar mientras ella se recargaba, decidí llamar a Murphy para saber qué pasaba y él me puso en contacto con Cromwell.

- ¡Buenos días!, ¿Qué te pareció el regalo?
- ¡Déjate de bromas!
- ¿Qué pasa?, ¿Acaso hizo algo que no te gustó?
- No, el problema no es ella, sino los imbéciles que la programaron.
- ¡Ah!, ¿Un error entonces?
- ¡Me refiero a ustedes!, ¿Qué clase de broma es esta?, ¿Es algún tipo de venganza?
- ¿Por qué no mejor explicas lo que pasó y lo aclaramos?
- ¡Tiene información sobre mí!, ¿cómo puede saber eso si ustedes no lo programaron?, ¡Una cosa son los negocios y otra que me espíen!
- Espera, ¿Qué fue exactamente lo que te dijo?
- Dijo que había sido mejor de lo que le habían dicho, y que había sido asombroso.
- ¿Y lo fue?
- ¡Ese no es el punto!, ¿Cómo puede hacer comparaciones?
- Hay dos posibilidades: una, que se conectara al organizador de tu casa; otra es que buscara datos en la red sobre ti.
- ¿Qué?
- La opción de la casa es más lógica, el sistema de video no está codificado para androides.

Tuve que admitir que tenía razón, el argumento era lógico y plausible, pero al colgar me di cuenta que la explicación estaba llena de agujeros, no era posible que los androides tuvieran ese nivel de programación, eso los convertía en máquinas mucho más sofisticadas que los androides deportivos, ésos no podían modificar sus objetivos, pero los Satisfaction Maidens estaban empezando a buscar datos por sí mismos; ahora estaba más preocupado que antes.

Al llegar a casa, la preocupación sobre los androides se convirtió en certeza.

Encontré la casa a media luz, la mesa puesta y el delicioso aroma de pasta italiana, fue agradable hasta que deduje que todo era obra de Rita, quien en ese momento bajó la escalera, llevaba un vestido negro que le quedaba a la perfección, el maquillaje resaltaba su piel blanca, los ojos verdes y los labios carnosos pintados de rojo intenso, sonrió al verme llegar y dijo:

- ¿Día duro en la oficina, amor?
- Bastante, me peleé con un tipo.
- Algo supe, la computadora de Joy Division me avisó sobre tu discusión con Cromwell.
- ¿Para qué te conectaste?
- Para ver qué podía pedirte, llegué con muy poca ropa y no es la más adecuada para una cena así, ¿no te parece?, además, descubrí que todo lo que pidas para mí no tiene costo, de modo que me ordené un guardarropa nuevo.
- ¿No tendrías que haber preguntado?
- ¿Te molesta, corazón? – su rostro expresaba tanto asombro que parecía real.
- No, pero supuse que necesitabas autorización.
- Si hubiera tenido costo te habría preguntado, pero al ver la orden pensé que no valía la pena molestarte, además, ¿no te gusta cómo me veo?

Su sonrisa me hizo pensar que no había nada de malo, que lo había hecho para satisfacerme, todo eso provocado por el procesador de un androide, era para aterrar a cualquiera.

Luego de la cena, Rita se quedó conmigo viendo una película, cuando quise subir a dormir, me di cuenta que estaba en reposo, cuando me moví se reactivó y dijo:

- Disculpa, me quedé dormida, ¿subimos a acostarnos, amor?

Debió ser el sueño, tal vez la soledad, quizás que nunca he tenido una relación estable, puede que fuera el hartazgo de no encontrar con quien compartir mi rutina; no lo supe entonces, no lo sé ahora y creo que jamás lo sabré, contesté:

- Claro, subamos a dormir.

Cargué a Rita hasta la cama, ella me abrazó y suspiró, así, abrazado a una muñeca que no es real, pero lo parece, que es falsa pero muy real, me quedé dormido.

Al día siguiente me despertó el teléfono, con Rita entre mis brazos, contesté:

- ¿Bueno?
- ¿León?, siento despertarte, pero creo la Joy Division está en problemas.
- ¿De qué se trata?
- Al parecer van a llamar a un recall para todos los Satisfaction Maidens a nivel mundial.
- ¿No será por defectos en las carcasas, o sí?
- No, es algo extraño, la red está reportando que las personas se están negando a atender la revisión, al parecer todos creen que los androides se enamoraron de ellos.
- Tienes que estar bromeando.
- Ojalá, en Gran Bretaña y en Japón la gente se está ensañando con la Joy Division, en África ya prohibieron la revisión y en Australia y Nueva Zelanda el Parlamento pretende aprobar una ley que impida desechar los Satisfaction Maidens; están paralizando las ventas a nivel mundial y en los Estados Confederados y la República de California ya están investigando la situación, aquí el Presidente Martínez piensa abrir un foro de debate, en Bolivia y Venezuela ya están prohibiendo la entrada a Cromwell.
- Ya lo estoy viendo, después te llamo.

Era asombroso, Cromwell había sido expulsado de la República del Río de la Plata, los dueños de los androides se negaban a someterlos a revisión por lo que la red empezaba a reportar como el error de programación más espectacular en la Historia, Hammond había perdido la batalla en Rusia antes de empezarla, le prohibieron anunciar el recall y lo obligaron a abandonar el país en tanto no se estableciera qué estaba pasando, se abrían investigaciones en todo el mundo, para las ocho de la noche, Cromwell pudo establecer una suspensión de la investigación en México y dejó a Hammond para ofrecer explicaciones en Nueva Delhi, Luis me llamó para avisarme que Cromwell quería verme al día siguiente para hablar sobre lo que pasaba, no debí aceptar, pero la curiosidad pudo más.

Para ese momento la red informaba que la programación creada por Hammond y Cromwell entraba en conflicto con los parámetros de control estándar en los procesadores de los androides, lo que los llevó a desarrollar una forma más avanzada de razonamiento al aplicar su orden primaria: satisfacer al cliente.

Francis Hammond y Gordon Cromwell acababan de crear la inteligencia artificial por accidente, al querer sacar el producto al mercado lo más pronto posible, ignoraron las advertencias de los programadores que anticiparon los problemas que el código provocaría, aunque los verdaderos alcances del error estaban por verse.

Mientras el mundo caía sobre Cromwell y Hammond y yo permanecía frente a la televisión, dominado por esa sensación que tenemos cuando sabemos que estamos viendo algo que será recordado por siempre, Rita se había levantado, había hecho el desayuno, se conectó a la red y se quedó dormida, luego que acepté la invitación de Cromwell, Rita vino para cambiarme la vida.

- Oye, tengo una duda, ¿por qué Cromwell y Hammond tienen problemas?
- Se supone que sus productos tendrían que seguir las instrucciones que les dieron, pero al parecer pueden decidir cuáles obedecen y cómo.
- ¿Eso es un problema?
- Sólo para ellos, los androides resultaron tan humanos que la capacidad para razonar está haciendo que la gente quiera protegerlos.
- ¿Y por qué planean destruirnos?
- En realidad no sé si eso planean, sólo han llamado a una revisión, pero nadie hace caso.
- ¿Sabes qué es el Protocolo Lauda?
- ¿Dónde escuchaste eso?
- Está en la base de datos de Joy Division, estuve buscando información que podría servirte.
- ¿No preferirías ayudar a Cromwell y a Hammond?
- Ellos me crearon, pero yo fui quien te buscó, que me enamorara de ti no es cosa suya, soy tuya porque quiero serlo, no porque me lo ordenaran.
- ¿Qué?
- Así pasa con todos, tratamos de conocerlos antes de ser enviados con ustedes, así sabremos si nos gustará o no, ya se han dado casos de intercambios, para facilitar las cosas.

Entonces entendí por qué Joy Division ensamblaba y programaba los androides sin ayuda; entendí las razones de los que renunciaron y que no quisieran hablar; el error no era fatal, no era peligroso, pero era muy grande para ignorarlo; sólo Hammond y Cromwell podían pensar que no tenía importancia y conectar a los androides a la red antes de embarcarlos, ellos usaron la conexión para buscar información y controlar el servidor de la compañía.

- ¿Me estás diciendo que ustedes eligen con quien quieren estar?
- Así es, y casi nadie se arrepiente de su decisión, como yo.

La cosa se ponía más intensa, los ojos de Rita, si es que tal concepto puede combinarse con el de un androide, expresaban ternura, cariño, casi amor hacia mí; confundido, pensando en todo lo que se había venido encima, decidí ir a tomar un trago, me excusé con Rita, ignoro porqué, y salí.

Regresé a casa tarde, ella, sin esperar a escuchar disculpas, me quitó la ropa y me pidió que la consintiera, sin pensarlo, tuve sexo con ella, tierna y delicadamente, de una forma que no sabía que existiera, casi me atrevería a decir que hicimos el amor.

La noche siguiente fui hacia la fábrica de Joy Division con Rita, todos estaban reuniendo documentos y androides en una bodega, después de unas horas el lugar se fue vaciando y Cromwell me recibió en la terraza de las oficinas, el cielo amenazaba con soltar una tormenta mientras los últimos empleados salían del lugar.

- León, que gusto verte.
- Igualmente, Gordon.
- No sabes la locura que se ha desatado, ¿supiste que la gente se está volviendo loca con estos androides?, justo como lo predijiste, ojalá te hubiéramos hecho caso.
- Me parece que hay algo aquí que no cuadra, Gordon.
- ¿Qué, amigo?
- Estás reuniendo toda la evidencia en una bodega, ¿algo que hayas planeado y no sepamos?
- ¡Claro que no!, es para facilitar la investigación, León.

Justo entonces llegó un mensaje a mi celular:

“Te está mintiendo, quiere aplicar el Protocolo Lauda”

Le solté la bomba a Cromwell:

- ¿Vas a aplicar el Protocolo Lauda?

Cromwell me miró y dijo:

- ¿Te está enviando mensajes?
- Por supuesto.
- ¿Te habló sobre el botón de la Singularidad?
- No.
- Hay un comando que destruye a los androides, sólo puede ser activado por Hammond o por mí, el Protocolo Lauda consiste en destruir todo lo que hemos hecho los últimos dos años, incluyendo, claro, las pruebas de la singularidad Clark, que es el nombre del error de programación; la verdad no creímos que habría que usarla, calculamos que la singularidad se presentaría en un par de años más al menos, planeamos una revisión general para poder destruir a los androides, pero eso se acaba de ir al demonio, y ahora necesito eliminar todas las pruebas.
- Espera, ¿eso significa…?
- Exacto, por eso no podemos aplicar el protocolo a la vista de todos, ya que el número de víctimas potenciales es enorme, es por eso que necesitamos un chivo expiatorio.

Antes que pudiera reaccionar me apuntó con un revólver, no podía hacer nada, no esperaba que esos imbéciles estuvieran tan desesperados como para matar a 550 millones de personas para encubrir sus errores y salir impunes.

- La policía no se va a tragar esto, Gordon.
- Claro que lo harán, conocen tus declaraciones y las de tus hermanos, eso nos da el motivo perfecto; las investigaciones de Luis son el marco ideal para la historia de un hombre que enloqueció y pretendió destruir la “amenaza” que se cierne sobre el mundo, todo saldrá bien al final.

Cromwell tiró del gatillo, pero algo se interpuso entre la bala y yo, el tiro alcanzó en el rostro a Rita, que había salido del auto para salvarme.

- ¡Maldito!

No puedo explicar mi reacción, no es lógico que una persona se lance sobre un hombre armado para defender a un objeto; ¿pero realmente podía llamarla un objeto después que me ayudó? ¿Qué tan humano sería dejar que la destruyeran, aunque salvara mi vida? ¿Y más cuando difundió la información que encontró y avisó a la policía antes de salvarme?

Mientras se desataba la tormenta y los rayos abatían el Distrito Central, Cromwell me dio una patada y me tiró al suelo, volvió a apuntarme con el revólver, y dijo:

- Hasta nunca, amigo.

De pronto se congeló, miró hacia un punto arriba de mi cabeza: Rita no estaba; Cromwell miró a todos lados, escuchó un ruido y disparó a la pared; un golpe metálico y metió una bala en la tubería; otro ruido junto a la instalación eléctrica y un disparo voló el candado; se escuchó un golpe pero no pude ver bien que pasó, sólo vi como Gordon dio media vuelta y vació los tiros que le quedaban sobre Rita, ella lo empujó y él cayó contra los cables, nada detuvo a los 10 mil voltios que corrían por esa instalación al atravesar su cuerpo.

Dicen los que lo vieron que recogí a Rita y corrí a mi auto ante la mirada incrédula de los policías, que desactivaron la terminal que Cromwell tenía del Botón de la Singularidad.

Francis Hammond se convirtió de la noche a la mañana en el enemigo público número 1, escapó de Nueva Delhi luego de abandonar su terminal del Botón ahí, tuvo la mala suerte de tomar una avión privado que supuestamente iba a llevarlo a Siberia, el capitán Robert May, piloto del avión, desvió el vuelo mientras Hammond dormía y lo entregó en Nueva York a la Interpol, un tribunal internacional lo condenó a muerte por intentar aplicar el Protocolo Lauda junto con Cromwell y la sentencia se cumplió 15 días después.

Una investigación concluyó que la Singularidad Clark se había presentado en todos los androides de la Joy Division; y cualquier androide que usara el código Cromwell/Hammond estaría dotado de inteligencia artificial.

Un mes después la Asamblea de la ONU decidió que 1250 millones de habitantes adicionales eran suficientes para el planeta, prohibió el Código de Programación Cromwell/Hammond y la Singularidad Clark se convirtió en el estudio prioritario de todos los programadores, los países protegieron los derechos de los androides y los declararon libres; aunque ninguno de ellos declaró sus intenciones de abandonar al propietario, la sociedad se acopló y ahora considera a los androides inteligentes como parte del mundo.

Yo me pasé seis semanas en el Infierno, primero tratando de localizar a Nigel Clark, quien había descubierto la singularidad y era el único que podía reparar el daño que las balas de Cromwell le causaron a Rita; después cuando se negó a ayudarme, cambió de opinión cuando le conté cómo ella me salvó, le tomó cuatro semanas reparar el procesador y otras tres recuperar su memoria.

Hace dos días Rita despertó, la miré a los ojos, aterrado de que no me reconociera, de pronto sonrió con ese encantador gesto suyo y dijo:

- Hola, amor, han pasado siglos.

Mis hermanos dicen que estoy loco y que no entiendo el verdadero amor; yo sólo sé que, de estar vivos, mis padres, los últimos románticos del mundo, aprobarían mi decisión, en el fondo, eran más radicales que yo, y más liberales y románticos que mis hermanos.

El clima del Caribe es hermoso, Rita y yo estamos arreglando una casa a orillas del mar, a pesar que le conté lo que ha pasado ella no quiso dejarme, dice que es mía y que siempre lo será, y que es afortunada de haber tomado la decisión de venir conmigo.

Lo cierto es que Rita me eligió, y nadie puede probar lo contrario.