Era
viernes por la tarde, Roxana Álvarez trataba de avanzar entre el tráfico para
llegar a casa, había tenido una semana horrible, mostrando casas a los clientes
de su jefe por toda la Ciudad, muchos interesados y pocos tratos cerrados
tenían a Fermín al borde de la histeria, ya en otras ocasiones habían
sobrevivido a los baches inmobiliarios de la Ciudad de México, pero su jefe
tuvo la idea de invertir en un proyecto que había salido mal y buscaba dinero
hasta en las alcantarillas.
Tal
vez eso fue lo que lo llevó a aceptar el ofrecimiento de un grupo de jóvenes
que se dedicaban a grabar videos cazando fantasmas, su canal en YouTube era uno
de los más populares de México, y le ofrecieron a Fermín una jugosa cantidad
por dejarlos hacer un especial en una de las casas que ya debería haber
vendido.
La
mansión de la familia Vega llevaba abandonada más de 30 años, los propietarios
actuales, nietos de quienes construyeron y habitaron la casa, no querían saber nada
del inmueble, Fermín creía que no le veían potencial, pero Roxana sabía que el
lugar les inspiraba una especie de temor reverencial, no se atrevieron a
tocarla mientras los habitantes originales, hijos de la pareja que compró y
mandó construir la casa, estuvieron vivos, una vez que el último falleció,
tiraron el lugar al abandono y buscaban deshacerse de él a como diera lugar.
A
pesar de la negligencia, la casona de los Vega se alzaba orgullosa en Bosques
de las Lomas, una de las colonias más exclusivas de la Ciudad, era uno de los
primeros terrenos que se vendieron cuando se fundó el fraccionamiento, hacía
más de 80 años.
Todo
eso pasó por la mente de Roxana cuando, a punto de llegar a su departamento, Fermín
la llamó para pedirle, como un favor muy especial, que acompañara al equipo de
grabación a la casa y los dejara entrar, luego de una discusión, algunos
reclamos y la promesa de darle 15 mil pesos del dinero que iban a pagarle,
Roxana aceptó.
Mientras
conducía hacia la residencia, Roxana tuvo tiempo de recordar las leyendas que
corrían por la Ciudad sobre la propiedad, había de todo: desde los que decían
que había sido sede de asesinatos brutales a los que decían que en su sótano
estuvieron cautivas muchas de las jóvenes desaparecidas en la metrópoli; Fermín
le dijo que todo eran mentiras y rumores, pero ella no estaba tan convencida.
Para
ella era claro porqué los muchachos habían elegido el lugar.
Al
llegar a la casa, Roxana encontró a un grupo de personas preparando las cámaras,
el líder del equipo se adelantó para presentarse:
-
¿Señora Roxana?
-
Roxana nada más.
-
¡Mucho gusto!, soy Eduardo, el productor, ¿ya ha visto nuestros videos?
-
La verdad no, tengo poco tiempo libre.
-
Bueno, ya tendrá chance de vernos cuando terminemos, ¿o no?
-
Supongo que sí.
Mientras
Eduardo le presentaba a los demás, Roxana se distrajo recordando su primera
reunión con Jorge Vega, a quien los dueños de la casa habían elegido como representante
común por dos razones: era un abogado experto en inmuebles y el más escéptico
de la familia, durante la junta el Licenciado Vega le dio todos los documentos
necesarios para vender la casa y platicó un rato con ella sobre la mansión,
después la llevó a conocerla.
-
¿Le parece bien?
La
pregunta de Eduardo la trajo de vuelta a la realidad, Roxana tuvo que pedirle
que la repitiera.
-
¿Quiere acompañarnos, por si dañamos algo?
“Ni
loca” pensó Roxana, pero se limitó a negarse cortésmente y a explicarle a
Eduardo que la casa estaba abandonada desde hacía años, y la intención de la
familia Vega era venderla para que fuera demolida, a precio de terreno, si era
preciso.
-
¿Y cuánto sería eso, si no es indiscreción?
-
Unos 3 millones de pesos
-
¡No jodas!, ¿es en serio?
Roxana
y Eduardo miran a Merlina, una mujer joven y de estatura mediana; miembro del trío
de investigadores.
-
Si, es en serio.
-
¿Y por qué la generosidad?, la gente de esta zona no suele ser tan desprendida
¿o sí?
-
No, creo que los dueños le temen a la casa.
-
¿Tú que piensas sobre la casa, Rox?, ¿también le tienes miedo?
Roxana
miró hacia las ventanas de la mansión y recordó lo que vio en ellas cuando la
visitó por primera vez, un escalofrío recorrió su espalda, y habló sin pensar:
-
Cuando vine aquí con el representante de los dueños, entré y vi toda la casa,
el ático, la cocina antigua y el salón de estar, con su candelabro tan
elegante, vi las recámaras y la cava de vinos, me senté en el comedor y admiré
el reloj cucú mientras el Licenciado Vega buscaba una vieja foto de sus
abuelos, pasé a la cochera a ver dos autos clásicos acumulando polvo, recorrimos
el sótano y todo parecía en orden, íbamos a salir cuando Vega recibió una
llamada relacionada con los autos, se metió al garaje y me dejó aquí afuera.
-
¿Y viste algo?
Roxana
abre la puerta, todos entran al jardín y la historia continúa:
-
Pues ver, lo que se dice ver, no; pero sentí como si alguien me viera desde el
ventanal que da al pasillo de las recámaras, pude sentir claramente los ojos y
la mirada pesada de alguien que no estaba en la ventana, sentí que la
temperatura bajaba, una corriente de aire helado me golpeó, y pude escuchar
algo parecido a un murmullo…
-
¿Y luego?
Los
muchachos están preparando su equipo, prueban las cámaras y micrófonos, Merlina
mira con curiosidad a Roxana, otro de los muchachos la graba esperando el final
de la historia.
-
Luego el Licenciado Vega salió del garaje y la sensación acabó.
-
¿Y eso fue todo?
-
Pues sí, quizás no fue muy espectacular, pero para mí fue aterrador.
Merlina
le hace una seña al camarógrafo, que se enfoca en otra cosa, pone una mano
sobre el hombro de la vendedora y dice:
-
No te preocupes, no importa si fue espectacular o no, ese tipo de testimonios
siempre le dan contexto a nuestros videos.
Roxana
sonrió y siguió con la vista los preparativos de los muchachos, en menos de
diez minutos tenían todo listo, Merlina la miró justo antes de entrar a la casa
y preguntó:
-
¿Segura que no quieres entrar?, estarías más cómoda aquí adentro, en la
estancia, que afuera.
-
No hay problema, hay una banca junto a la entrada, puedo esperar a que terminen
allí.
-
¿Tienes miedo de que pase algo verdad?
-
O de que no pase nada y la tomen conmigo, muchachos.
Merlina
le sonrió, y respondió mientras cerraba la puerta.
-
Si lo que me contaste es cierto, estoy segura que eso no va a ser un problema.
La
vendedora se quedó unos momentos frente a la puerta, escuchando cómo los
muchachos empezaban a recorrer la casa y pasaban de un cuarto a otro, pudo ver
las luces de sus cámaras mientras se perdían en el pasillo que daba al comedor
y la cocina.
Tomó
su teléfono y se sentó en la banca, sintió frío, un viento helado recorría el
patio a pesar de ser octubre, estaba viendo un video cuando escuchó un grito, a
través del vidrio esmerilado de la entrada vio cómo todos subían corriendo
hacia la estancia, seguro había pasado algo en el sótano.
Después
de un rato, las luces se dirigieron a la biblioteca y se apagaron, por unos
segundos no oyó nada, de pronto un grito aterrador salió de la casa, Roxana no
pudo decir si de la biblioteca o de otra zona, un par de luces se encendieron y
apagaron rápidamente, tres personas gritaron, una luz se encendió en la
estancia y todo regresó a la calma.
Una
de las lámparas se encendió de nuevo e iluminó la sombra de algo o alguien
parado frente al vidrio esmerilado de la entrada, todo fue un caos, las luces
se encendieron y los muchachos empezaron a correr por toda la casa.
Roxana
no sabía qué hacer, quiso llamar por teléfono a Fermín, pero un grito la hizo
tirar el celular, un golpe seco la sorprendió, sonó como si alguien hubiera
sido arrojado contra la puerta del garaje, a la luz de la luna distinguió una
mano a través de los cristales, en la muñeca llevaba el mismo reloj que
Eduardo.
La
mujer quiso gritar, pero quedó paralizada cuando la mano desapareció como si
alguien hubiera arrastrado el cuerpo de vuelta a la casa; otro grito la hizo
concentrarse en la biblioteca, donde una mancha de sangre cubrió la ventana, un
golpe brutal en la entrada de la casa le indicó que otro de los jóvenes había
sido arrojado contra la maciza puerta.
Tres
de las luces subieron hacia la planta alta para tratar de alcanzar el ventanal
que había en el pasillo de las recámaras, Roxana supuso que trataban de llamar
su atención, se inclinó a recoger su teléfono, pero los gritos la detuvieron,
se escucharon dos golpes y una luz cayó por la escalera hasta la estancia.
De
pronto, alguien fue arrojado contra la ventana, el vidrio se rompió y un cuerpo
cayó de espaldas en el patio, Roxana se acercó para tratar de ayudar a quien
había caído, y resultó ser Merlina, quien murió por el impacto.
La
mujer quedó aterrada, no sabía qué hacer, a quién llamar, a dónde correr, de
pronto, un sonido metálico llamó su atención, una bolsa negra había caído al
patio a pocos metros del cadáver de Merlina, Roxana se acercó a la bolsa y la
tomó, resultó especialmente pesada, al abrirla, encontró varios centenarios,
muy viejos, que aún brillaban a la luz de la luna.
Al
levantar la mirada se encontró de frente con lo que no había querido ver la vez
anterior que había estado en la casa: la figura oscura, sin rostro y aterradora
de una mujer que la había visto desde el ventanal en su primera visita.
Roxana
no pudo hacer nada, la presencia habló con una voz profunda, que quedó grabada
por años en la mente de la vendedora:
-
Hay más para ti si me entregas otros.
Dicho
lo cual desapareció.
La
mujer miró las monedas de oro, sin duda valían mucho más de lo que ella ganaba
en un año, quizás no habría aceptado aquél trato diabólico, tal vez nunca
habría pensado en tomar aquella oportunidad maldita, no lo sabremos nunca,
porque en ese momento sonó su celular y el nombre de Fermín apareció en la
pantalla.
Roxana
tomó el teléfono, dando la espalda al cadáver que sangraba en el patio, y sólo
dijo:
-
Tienes que venir, tuvimos problemas con tus amigos.
Después
de que su jefe colgó enfurecido, Roxana empezó a pensar en qué se compraría con
las monedas que la señora Vega le daría por él.
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