martes, 3 de noviembre de 2015

El Último Rey

1

Philip Howard Blake nunca aspiró a llegar lejos, no tenía ambiciones ni enemigos, pero estaba harto de la situación miserable que atravesaba Providence en aquellos momentos, luego de las inacabables crisis y la caída de la Primera Potencia, la inseguridad y la pobreza campaban a sus anchas por todo Estados Unidos; por eso el Rector de la Universidad de Miskatonic había decidido presentar su candidatura como independiente a la alcaldía de Providence, esperando hacer una diferencia, aunque fuera pequeña, en el mundo decadente que habitaba.

Dos reelecciones después, la mayoría de los habitantes de Rhode Island querían que el Alcalde Blake se postulara para el cargo de Gobernador, para que pudiera seguir implementando sus “pequeñas diferencias”, sólo que ahora en beneficio de todos los habitantes del estado, al principio Philip estaba reacio a continuar con su carrera política, pero algunos amigos y colegas lo convencieron para que lanzara su candidatura como independiente a la gubernatura, terminó arrebatándosela al Gobernador Smith con una diferencia de más de 30 puntos.

Hacia el año 2050, el pueblo de Estados Unidos estaba harto de la ineptitud del gobierno federal, el Presidente Trump había agudizado todas las crisis y problemas que el país padecía; se había lanzado a una demente campaña xenófoba, lo cual hizo que su partido perdiera la mayoría en el Congreso y provocó su renuncia a finales de ese año; su sustituto, el Vicepresidente Charles D. Ward, carecía de experiencia para resolver la crisis, y tampoco tenía la fuerza política necesaria para buscar ser elegido por méritos propios, amén que sus decisiones fueron nefastas y sólo complicaron más las cosas; ente la debacle, el Congreso declaró al gobierno de Ward como “transitorio” y le arrebató varias facultades, lo cual convirtió al Presidente en una figura decorativa, cuando menos hasta la siguiente elección.

En el año 2052, muchos políticos se lanzaron a la arena, con la idea de quitarle al país el mal sabor de boca de los gobiernos anteriores, Charles D. Ward vio la causa tan perdida que ni siquiera se presentó como precandidato, y por instrucciones expresas de su partido, no expresó su apoyo por ninguno de los contendientes; sin embargo, demócratas y republicanos iban a ver frustradas sus esperanzas con el surgimiento de un movimiento inesperado: Howard Blake para Presidente.

Un nutrido grupo de intelectuales, académicos y empresarios había inscrito a Blake como precandidato a la Presidencia por la vía libre, después, iniciaron la campaña sin esperar a que Philip se negara como siempre hacía, para junio de ese año, el Gobernador Blake decidió aceptar y competir en la elección general, los tres debates que se llevaron a cabo previo a las elecciones sirvieron para dejar en claro la superioridad intelectual que tenía sobre sus contrincantes, y que le llevó a arrebatarle la Presidencia al sistema bipartidista con ventaja de casi 40 puntos.

El 20 de enero del año 2053, Philip H. Blake se convirtió en el 51º Presidente de los Estados Unidos de América, el primer independiente en ocupar la Casa Blanca.

Lo que ni él ni nadie sabían, es que él habría de ser el último en ocupar el cargo.

2

En el año 2055, el Presidente Blake ya expresó sus deseos de ser reelecto para el cargo que ganó la elección pasada, los partidos apenas están decidiendo quiénes serán sus candidatos para la elección, los moderados y conciliadores tienen ventaja, mientras que las minorías delirantes tratan de empujar sin éxito a sus representantes, la mayoría de los analistas, tanto nacionales como extranjeros, predicen que P.H. Blake ganará cómodamente la reelección y seguirá al frente del que fuera el país más importante del siglo XX y principios del XXI, nadie espera una sorpresa, y ciertamente no hay razones para esperar una.

Hasta el 23 de noviembre del año 2055.

Durante un patrullaje de rutina, policías apostados en la frontera con Canadá reportan actividad extraña en los Grandes Lagos, del mismo modo, la Guardia Fronteriza envía informes sobre grandes luces y objetos que sobrevuelan los límites con México, minutos después de que se recibe esta información, los satélites del planeta entero enmudecen, las 207 naciones que hay en el mundo quedan aisladas entre sí y dentro de sus fronteras, las últimas transmisiones recibidas en el Cuarto de Guerra bajo la Casa Blanca indican que los mismos fenómenos extraños fueron vistos en todo el planeta.

En el silencio que sigue, los habitantes de la Tierra descubren por fin, que no están solos en el Universo.

Mientras el Presidente Blake da un discurso en el Congreso tratando de explicar la situación, una nave desciende frente al edificio, las masas asombradas no pueden siquiera emitir algún sonido, los miles de literatos, cineastas y artistas en general que imaginaron este momento durante siglos no pudieron prever que la impresión dejaría mudas a las personas, todos observaban impávidos el aparato extraño que se acomoda frente al Capitolio.

Minutos después, una pequeña compuerta se abre y del aparato descienden varias personas, muchos se sienten decepcionados, ninguno de ellos es verde, o grisáceo, tampoco son “etéreamente bellos” ni tienen esa apariencia inquietante que indica que hay algo extraño sobre ellos, parecen, a falta de mejor descripción, personas comunes y corrientes.

3

Al pasar de los meses, los nuevos seres, que se identifican a sí mismos como “visitantes amistosos” comparten con los hombres de ciencia algunas respuestas acerca del origen del Universo, y encaminan varias de las teorías más avanzadas respecto a la naturaleza de la realidad, los hombres dedicados al estudio de las cosas aún agradecen la visita de aquellos seres.

El resto del planeta, particularmente aquellos que sobrevivieron, no piensan igual.

Cada nación se las arregla lo mejor que puede para recibir a los Visitantes, la incapacidad de comunicarse, sin embargo, pone a sudar a muchos líderes, y provoca cierta paranoia en algunos sectores de la población, los Visitantes deciden lidiar con esto ofreciendo a sus nuevos amigos la posibilidad de experimentar la tecnología de entretenimiento de su planeta de origen.

Pronto, todos los habitantes del planeta, sea por curiosidad o por confianza, se someten a una experiencia que todos describen como “única, por decir lo menos”, las maravillas sensoriales que los Visitantes comparten les permite compaginar más con los humanos, y empiezan a darse casos de confraternización.

Por supuesto que esto le pone los pelos de punta a más de uno, y las cosas empiezan a radicalizarse.

4

Antes de la llegada de los Visitantes, P.H. Blake iba arrasando en las encuestas presidenciales de Estados Unidos, luego de su arribo, y del entendimiento que hay entre los seres espaciales y el Presidente, que a final de cuentas fue y es un hombre de ciencia, varios sectores de la población empiezan a desconfiar de su hasta entonces amado Presidente, ¿será un títere manipulado por esas cosas?, ¿estará a merced de algún aparato de control mental?, ¿irá a entregarlos a los seres extraños, peligrosos que ahora invaden todo en el planeta?.

Estas y otras preguntas más empiezan a rondar por todo Estados Unidos, primero, en los cafés y bares a altas horas de la noche, cuando los Visitantes no pueden oírte porque están dormidos, después, en los púlpitos y reuniones de granja a las que asiste el grueso del pueblo, luego desde la televisión, los periódicos y la radio; cada vez más y más voces vociferan por respuestas a preguntas que ni siquiera ameritan ser hechas.

La desconfianza inunda la mente de la masa, la cual desborda a su vez las calles, exigiendo luz donde no hay sombras y claridad donde todo es transparente, el Presidente Blake hace sus mejores esfuerzos por calmar los ánimos, pero pronto su política de entendimiento y solución antes que enfrentamiento empiezan a perder adeptos.

5

Llegada la mitad del año cobra fuerza un nuevo líder, una figura a la que todos aquellos borregos espantadizos se aferran, un radical, último en las internas del partido el periodo anterior, penúltimo en las encuestas actuales, rebasa primero a los precandidatos establecidos y pronto se pone al frente en todas las encuestas.

Su política es clara: respuestas para todos, arrojar luz y claridad donde no se necesita y exigir una sola cosa: que los Visitantes abandonen la Tierra y dejen a sus habitantes en paz.

El miedo hace lo que años de política nunca pudieron y en el año 2056 el General Patrick Stanley Sellers es elegido candidato a la Presidencia de Estados Unidos por los partidos Republicano y Demócrata, esa misma noche designa al Senador Douglas F. Underwood como su candidato a Vicepresidente.

La campaña arranca con el Presidente Blake y su Vicepresidente William Whateley debajo de Stan Sellers y Doug Underwood por 15 puntos, la mitad de sus asesores renuncian al día siguiente; Blake y Whateley se rehúsan a darse por vencidos y tratan de hacer una campaña basada en atacar lo que ambos llaman las “locuras” de Sellers y la personalidad maquiavélica de Underwood, su estrategia trata de convertir la campaña en un debate de ideas y planes más que sobre un solo punto de vista o una sola decisión.

Los resultados de sus esfuerzos se hacen claros el primer martes de noviembre del año 2056: Patrick Sellers y Doug Underwood arrasan en las elecciones ganando todos los estados excepto Rhode Island, lo que se refleja en una paliza de 575-5 en los votos del Colegio Electoral.

6

A finales del año 2056, a poco más de 20 días de tomar posesión, Stanley Sellers tiene una disputa estúpida con Doug Underwood relacionada con el resultado de un partido de futbol americano y hace lo impensable: le obliga a renunciar a la Vicepresidencia antes de tomar posesión.

Blake y Whateley, que lo ven todo desde el palco como espectadores de una ópera que puede tener final sangriento, empiezan a cruzar apuestas sobre qué sucederá en vez de tratar de resolver la crisis, ninguno de ellos cobra.

El 5 de enero de 2057, 15 días antes de convertirse en Vicepresidente, Underwood renuncia al cargo y acepta como compensación la Secretaría de Estado.

A las 12 del día del mismo 5 de enero, suena el teléfono de la Oficina Oval: el próximo inquilino le ofrece a Blake la Vicepresidencia, y a su “lacayo” Whateley la Secretaría del Tesoro, siendo independientes ninguno tendría problemas para aceptar el ofrecimiento, sin embargo Blake consulta con sus asesores, ellos hacen encuestas y le aconsejan tomar la oferta.

El 15 de enero el Congreso y el Senado recién electos ratifican al Presidente Blake como el nuevo Vicepresidente del Presidente Electo Stanley Sellers, muchos ven en esto algún tipo de humillación, la mayoría de los votos de aprobación vienen de un sentimiento de “revancha” contra el independiente que rompió la hegemonía bipartidista, mientras que los partidarios de Blake creen que todo es una treta de Sellers y Underwood para encasillarlo y sacarlo de la política para siempre.

Nadie reflexiona acerca de lo obvio: el cambio implica que Blake sucedería a Sellers en caso de que el General renunciara, muriera o fuera asesinado.

7

El 20 de enero de 2057 quedó registrado como El Día que cambió la Historia.

A las 9:00 de la mañana, frente al Capitolio y ante una muchedumbre compuesta por millones de ignorantes, el General Sellers juró el cargo y se convirtió en el 52º Presidente de los Estados Unidos, minutos después Blake juró el cargo de Vicepresidente; una vez cumplida la formalidad, el Presidente Sellers lee su primer discurso, que incluye un ultimátum inesperado a los Visitantes para abandonar la Tierra en un lapso de 12 horas, so pena de utilizar todo el arsenal nuclear de los Estados Unidos contra ellos.

A las 9:20 de la mañana, los Visitantes llegan a la Casa Blanca para tratar de hablar con el Presidente Sellers, a la reunión en la Oficina Oval entran sólo los más altos cargos.

8

- Siento mucho que las cosas tengan que ser así, pero si recibí el apoyo de 70 millones de conciudadanos no fue para ser blando en la toma de decisiones, ¿no es así, Doug?

- Efectivamente Sr. Presidente, no podemos permitirnos el lujo de ser débiles ante nuestro pueblo.

Nova, la Representante de los Visitantes, no puede creer lo que escucha, mira asombrada a Philip, que está de pie frente al escritorio del Presidente, y le pregunta:

- ¿Tú validaste esto? ¿Apruebas esta conducta estúpida e irracional?

Blake trata de contestar algo sensato, pero Sellers lo interrumpe:

- Agradecería que dirigieras tus preguntas a nosotros, querida. El Sr. Blake, a pesar de ser el Vicepresidente, es básicamente una figura decorativa y simbólica, ¿no es así, Doug?

- Así es, Sr. Presidente.

La sonrisa sarcástica de Underwood refleja todo el odio que siente por Blake, Whateley baja la mirada y se refugia en el suelo para evitar ver cómo humillan a su amigo, Philip queda tan sorprendido que no puede hablar.

El General Ripper reanuda la conversación:

- Debe saber que el Presidente ha dado órdenes de preparar todo el arsenal nuclear con el que contamos, y según nuestros cálculos sólo necesitamos una décima parte de nuestra potencia de fuego para deshacernos de ustedes; desde un punto de vista táctico, mi sugerencia sería que se largaran mientas aún pueden.

Nova clava la mirada en el General Ripper, hace un gesto con la mano derecha que nadie percibe, su acompañante abre un portafolio en el que nadie había reparado y se coloca junto a Blake, Nova le da la espalda a Ripper y dice:

- Necesito saberlo, Philip, ¿estás de acuerdo con esto?

Blake la mira por un momento, los hermosos ojos azules de Nova siempre lo han hechizado, y antes de que alguien pueda reaccionar contesta:

- No, me parece la idea más estúpida que he escuchado, traté de advertirle a todos de las locuras de este sicópata y los planes macabros del titiritero… ¡pero todos los borregos me ignoraron!

Sellers estalla:

- ¡Eres un cobarde y un estúpido, Blake! ¡Siempre lo has sido!

Nova sigue mirando a Blake, sonríe y señala con un movimiento al portafolio que su asistente abrió, todos reparan en un enorme botón rojo que parpadea.

- Tienes la oportunidad de corregirlo, Philip.

- ¿De qué demonios habla?

- ¿Recuerdas las Proyecciones Sensoriales, Philip?

El entretenimiento de los Visitantes, todos lo habían experimentado al menos una vez, Todos.

- Claro que recuerdo, ¿Qué tiene que ver con esto?

- Aquellos que disfrutaron de la experiencia fueron escaneados, muchos fueron considerados dignos, pero otros fueron clasificados como descartables.

- ¿Qué? ¿Y quiénes se creen ustedes para…?

- ¿Recuerdas cuando me preguntaste cuál era el objetivo real de nuestra visita, Philip?, ahora ha llegado el momento de que lo sepas.

Todos aguardan expectantes la respuesta a la pregunta que nadie hacía pero todos tenían en mente: ¿Por qué ahora?

- Somos una raza de Correctores, otras especies, más avanzadas y evolucionadas que ustedes, nos piden que encontremos vida inteligente, nosotros la analizamos, la clasificamos y la corregimos si es el caso. Durante las Proyecciones Sensoriales implantamos un dispositivo en la cabeza de los descartables, el botón que hay en ese portafolio activa los chips y corregirá a la raza humana.

Nadie puede creer lo que Nova está diciendo, muy lentamente, Sellers abre un cajón del escritorio.

- ¿Te imaginas eso, Philip? ¡La raza humana quedaría limpia! ¡Pueden empezar de nuevo y recorrer el camino correcto! ¡Pueden tener paz, armonía y felicidad para todos!

Philip Blake se convierte, con esa simple explicación, en el hombre más poderoso y solitario de todo Estados Unidos, Whateley observa asombrado toda la escena, incapaz de indicar, aunque sea con una mirada, si está de acuerdo con lo que acaban de escuchar o lo considera todo un mal chiste.

- ¿Qué efecto tiene el implante, Nova?

- Impedirá que los descartables sigan actuando como lo hacen hasta ahora.

Un silencio espeso envuelve la sala, Underwood se toca la nuca y descubre un relieve casi imperceptible en la base de su cráneo, no puede evitar pensar en voz alta:

- Dios mío… esta maldita criatura tiene razón, tenemos algo en la cabeza.

Por instinto, Sellers y Ripper se tocan en el mismo lugar en el que Underwood tiene la mano, el cambio en su mirada le dice a Whateley y a Blake que sintieron lo mismo que Douglas.

- Lo que me pides es horrible, Nova, aún si los deja inconscientes o sólo altera sus cerebros, es algo injusto y nunca podría hacerlo.

- ¡No te atrevas ni siquiera a considerarlo, maldito imbécil!

- Ni siquiera se darán cuenta, Philip, el chip y el efecto del implante está diseñado para que la Corrección sea lo menos dolorosa posible.

- ¡Miserable perra! ¡Ni te atrevas a intentarlo, Blake!

- No podría ni pensarlo, Nova…

La respuesta de Blake queda en suspenso, inconscientemente, Philip acercó la mano izquierda al portafolio, ante el asombro de todos, Sellers saca un revólver del escritorio mientras se pone de pie y le apunta a Philip a la cabeza:

- ¡Ni si quiera lo pienses imbécil! ¡Si tu mano se acerca al botón te volaré la cabeza!

Todos guardan silencio, Blake voltea lentamente y clava la mirada en Sellers, Underwood y Ripper están perplejos, Stanley no sería capaz de matarlo frente a todos, ¿o sí?

- ¿En serio piensas hacer eso? ¿Ejecutarme frente a todos? ¡Vas a terminar en la cámara de gas, estúpido!

- Eso no me interesa, Philip, cuando era militar juré defender a este país y por Dios que voy a defenderlo a toda costa, si eso implica ejecutarte y morir a consecuencia de ello, que así sea.

- Estás siendo irracional, Stanley… ¡Estás dejando que la locura se apodere de ti!

- Es mi deber, Philip.

El tiempo parece detenerse, nadie habla, todos están tensos, han sido los ocho minutos más intensos de sus vidas, el Presidente rompe la tensión:

- Thomas Jefferson ejecutó a un hombre por traición afuera, justo en el jardín. No me obligues a convertirme en el segundo que hace eso, Philip.

Philip Howard Blake, el Hombre, observa el cañón del revólver de Sellers, está enfermo de tanta violencia, de tanto odio, de tanta estupidez… sus pensamientos son interrumpidos por una voz que habla dentro de su cabeza:

“¿Realmente vale la pena defender esto, Philip? ¿De verdad crees que sirve de algo conservar tanta estupidez, tanta ignorancia? ¿No te gustaría que la humanidad quedara libre de todo esto? ¿Poder avanzar hacia mejores cosas?, no pienses demasiado, Philip, nosotros sabemos lo que pasará en el futuro y no es agradable, deja que la humanidad evolucione, conviértete en un ejemplo para todos, sé el héroe que hizo lo que otros no pudieron por no contar con esta oportunidad… ¿Crees que ellos no lo hubieran hecho?, te equivocas, lo habrían hecho sin pensarlo dos veces.”

El Presidente cree percibir algo en los ojos de Blake, prepara el revólver para dispararlo, todos escuchan el clic del percutor al ser cargado.

- Lástima imbécil, tuviste tu oportunidad para desistir de la traición, ahora debes afrontar las consecuencias.

Antes de que Sellers pueda jalar el gatillo, Blake da un manotazo y aprieta el botón.

9

A las 9:30 de la mañana la reunión concluye con los Visitantes abandonando la Oficina Oval y el planeta Tierra, en el lugar quedan los cadáveres del Presidente, el Secretario de Estado y el Comandante del Ejército de los Estados Unidos.

Al oprimir el botón, el Vicepresidente detonó los implantes de los “descartables”, la explosión del dispositivo destrozó el cerebelo de todos los afectados. A pesar de lo aparatoso y sangriento del efecto ninguno de ellos sufrió, para el momento en que sus cuerpos empezaron a caer al piso, ya estaban muertos.

El 85% de la población de los Estados Unidos fue fulminada en el lugar en que se encontraban al momento de activarse el implante, prácticamente 9 de cada 10 funcionarios de gobierno murieron en el acto, casi la totalidad de la población anglosajona al sur del país fue exterminada.

A las 7:30 de la noche del 20 de enero de 2057, los pocos elementos del Servicio Secreto que quedaban encontraron un juez federal a las afueras de Washington, lo llevaron urgentemente a la Oficina Oval, un equipo pequeño de técnicos pudo encadenar una transmisión a nivel nacional, principalmente debido a que buena parte del personal de las cadenas de televisión habían muerto y nada impedía invadir sus transmisiones.

Cuando el juez llegó, en una rápida ceremonia Philip Howard Blake volvió a jurar el cargo que había dejado a las 9 de la mañana y recuperado media hora después, a los poco menos de 50 millones de estadounidenses que quedaban vivos no les importó un carajo, muchos habían perdido todo gracias a Blake, y poco les interesaba lo que pasaría después de la Corrección.

Hubo un pequeño detalle que Nova omitió mencionar a Philip: el botón no sólo activaba los implantes de los ciudadanos de Estados Unidos, sino los de todos los “descartables” del planeta, aunque esto provocó una mejora en las condiciones de vida de los casi 2,000 millones de seres humanos que heredaron la Tierra, países enteros desaparecieron, muchos perdieron a todos sus familiares, y la soledad y apatía tiraban por la borda cualquier intento de Blake por motivar a su pueblo.

Un año después, en una reunión sorpresa de la ONU en la Ciudad de México, los 150 países sobrevivientes de la Corrección acordaron unánimemente declarar a los Estados Unidos como un país proscrito, y al Presidente Howard Blake culpable de crímenes contra la humanidad.

Las cosas se precipitan después de eso, el 14 de febrero de 2058 Blake sobrevive un atentado perpetrado por Los Vengadores, una guerrilla californiana formada después de la Corrección, sale ileso, pero los gatilleros acribillan al Vicepresidente Whateley.

El 28 de febrero, un comando armado de los Minute Men, una guerrilla de Texas, entra en el Capitolio durante una reunión de las cámaras del Congreso y acaban con todos los Congresistas y Senadores que pueden. Joseph Russo, el Vocero de la Cámara y James Marshall, el Presidente del Senado, están entre las víctimas.

El 5 de marzo un pistolero asesina a William Mulder, el Director del FBI; por la tarde otro asesino liquida a Donald Damon, el Director de la CIA; en la noche un comando mata a Garrett Walker, el Secretario de Defensa; Blake no nombra sucesor para ninguno de los fallecidos.

La mañana del 29 de marzo llega un mensaje del Comando Aliado de la ONU a la Casa Blanca, exige la rendición incondicional de los Estados Unidos y la entrega del Presidente Blake.

 

Desmoralizado en extremo, Blake no da una sola orden al Ejército.

El mayor miedo del Comando Aliado, un ataque nuclear, se desvanece con el paso de las horas, los técnicos que cambian los protocolos de seguridad del arsenal nuclear están muertos; Blake no puede usar las bombas porque los seguros están configurados para uso personal de Patrick Sellers.

El 1º de abril, el Comando ordena combinar fuerzas y marchar sobre Washington D.C.; esa mañana, Robert Murdoch, el Secretario de Estado, se suicida frente al Presidente Blake en la Oficina Oval, luego de rendir su informe del día.

El 2 de abril, las fuerzas de ocupación entran en la capital, para las 8 de la noche reportan que el Presidente Blake está detenido y se niega a firmar la rendición, los Aliados fuerzan su remoción temporal en el Congreso y la mañana del 3 de abril, Quentin Hill, el Fiscal General, como Presidente en Funciones, firma la rendición incondicional de los Estados Unidos de América ante el Comando Aliado Global.

El 31 de octubre de 2059, luego de los juicios y la condena, el Último Presidente de los Estados Unidos, Philip Howard Blake, es ejecutado por crímenes contra la humanidad.

Lo último que cruza por su cabeza, además de la imagen de los bellos ojos de Nova, es la certeza de que a pesar de ser un hombre inteligente y haberse preciado de su sabiduría, su error más grande había sido no entender que la palabra “impedir” no significa lo mismo para todos.



¿Podemos hablar un momento?

“Mientras caminan por las catacumbas lúgubres y oscuras de la ciudad de París, cobijados por el sonido de sus propios pasos, Sophie y Jean trataban de contener la respiración, después de que Lo-Que-Sea se llevara a Marie y a Alain ambos sabían que las posibilidades de salir con vida de ahí eran cada vez más escasas, caminaban tomados de la mano, sin saber lo que estaba por venir, escuchando esas voces descarnadas, los gritos que no venían de ninguna garganta y los sonidos chirriantes que indicaban que Lo-Que-Sea estaba cada vez más cerca de ellos.

Cada paso que daban despertaba ecos siniestros por toda la caverna, y pronto ambos empezaron a sentir, a intuir quizá, que algunos de esos ecos no respondían al ritmo de sus pisadas.

Un viento frío, cortante y violento interrumpe su marcha, los gritos se alejan y se acercan volando a la par del caprichoso viento, Jean empieza a sentir que algo se acerca a él, las imágenes de sus muchos pecados empiezan a revolotear alrededor de su mente como buitres, y sabe, incluso antes de que Sophie empiece a temblar como una hoja, que él es el siguiente…”

Tocan a la puerta.

Esta vez estoy seguro que alguien llamó a mi puerta.

Me levanto furioso, ya que detesto que me interrumpan cuando estoy trabajando, camino hacia la entrada de mi despacho, enciendo la luz, abro la puerta y de un tirón dejo el paso franco hacia el pasillo.

No hay nada

Sólo oscuridad, la negrura de la noche, y nada más.

Son mis nervios que me juegan una mala pasada, me digo, seguramente es la presión de terminar con la más reciente aventura de Sophie Deveraux, los fans, mis editores, mi agente, y prácticamente cada imbécil en este planeta con la capacidad suficiente de leer una oración de corrido me piden, me ruegan, me exigen que les entregue una nueva edición de las aventuras de su detective paranormal favorita, y yo, como buen payaso de circo que soy, cumplo sus caprichos, dándoles otro fragmento más de escritura barata y decadente.

Quiero terminar con esto lo más rápido posible, necesito concentrarme en ultimar los detalles de la publicación de mi otro libro, Spikehead, el cual tuve que escribir bajo seudónimo para lograr que la tomaran en serio, de otra forma todos me habrían pedido otro libro más de Sophie antes de leer mi verdadera novela favorita.

Pasé meses en un bloqueo creativo, nada me inspiraba para agregarle más entradas a las descabelladas aventuras paranormales de la detective parisina, que empezó como un juego de borrachera, y acabó por zamparse la mitad de mi cerebro y un cuarto de mi talento de una sentada, para mí, ella era igual que los espantajos y monstruos de película Serie B que combatía: insaciable, poderosa, irresistible… y al mismo tiempo soberanamente convencional y anodina, tan débil que el más ligero ventarrón podría hacerla pedazos.

El día que me avisaron que Spikehead vería la luz (aunque fuera con otro nombre) me di cuenta que el ventarrón era real, que el huracán que podía destrozar a Sophie Deveraux y alejarla para siempre de mi vida era una posibilidad, estaba ahí, al alcance de mi mano.

Ese día terminó mi bloqueo, y aunque tuve que reescribir todo el libro, había encontrado la ruta fatalista que todo autor conoce; iba a conducir a mis personajes, con la mano firme y cruel que sabiamente recomendaba Quiroga, desde el inicio de esta aventura hacia su único final posible…

Todas estas ideas cruzaron mi mente mientras miraba estúpidamente la noche que invadía el pasillo de mi casa, convencido como estaba que sólo se trataba de la noche y nada más, cerré la puerta de golpe y volví la mirada hacia mi escritorio.

Ahí estaba.

Sentada frente a mí, real.

Viendo el lugar desde donde le di vida, donde inventé su historia, donde la convertí en la chica famosa que ahora es.

Sólo que ella nunca ha existido.

Al sentir mi mirada, Sophie volteó para mirarme a los ojos, y dijo:

- ¿Podemos hablar un momento?

Me sentía paralizado, pero pude impulsarme lo suficiente como para rodear el escritorio, cuidando de no acercarme mucho a sus mortíferas manos, y tomar asiento en mi lugar de siempre.

- Claro, ¿de qué quieres hablar?
- Sobre lo que está escribiendo, Mr. Crown.
- ¿Te refieres a La Oscuridad de las Catacumbas?
- En efecto, Mr. Crown.
- ¿Tienes algo que decirme al respecto, Sophie?
- En realidad si, Mr. Crown.
- Te escucho, entonces.

Sophie tomó aliento, se acomodó en el asiento, presumiendo su curvilínea figura al moverse, en ese momento recordé a la chica que usé para modelar su apariencia, tuve que reconocer que se parecía bastante a la original.

- ¿Por qué quiere deshacerse de mí, Mr. Crown?
- Escucha, Sophie…
- No diga nada, no se lo pregunto sólo para escuchar la respuesta, quiero entenderlo realmente… quiero comprender cómo un escritor de segunda, sin mucho talento que ofrecer, quiere deshacerse de su único producto decente, el único que lo hará inmortal.
- ¿De qué demonios ha…?
- Ya te dije que no pregunto sólo para escuchar tu respuesta, quiero entender tus motivos para hacerlo, los reales, no los que les dices a todos, sino los que sabes que son ciertos, quiero que me digas de frente porqué quieres perder lo único valioso que has hecho, porqué quieres deshacerte de mí y sumirte en el olvido y la mediocridad para siempre…

Los minutos se enlazan, clavo la mirada en Sophie, frente a mí tengo el manuscrito, las benditas palabras que la llevarán al sitio del que nunca debí sacarla, sin pensarlo mucho, le arrojo el cuaderno.

- ¿Qué es esto?
- El final de tu existencia Sophie, léelo, por favor.

Ella pasa las hojas hasta casi el final del cuaderno, justo cuando creo que va a empezar a leer, levanta la mirada y clava de nuevo sus enormes ojos verdes en mí:

- ¿Y esto de qué va a servir?
-Ahí está todo lo que quieres saber. Léelo, por favor.

Mi vacua y falaz detective preferida empieza a fijar su mirada en el texto, leyendo cómo después de ganar una épica batalla contra Lo-Que-Sea descubre que acaba de vencer a Mr. Sonneilon, su gran enemigo; al mismo tiempo se da cuenta que sus heridas son fatales, pero que ha dado la vida por proteger a la humanidad, que fue lo que siempre la impulsó a combatir a los espantajos de feria que puse como sus rivales.

Mientras ella está absorta en el texto, yo tomo algo de mi escritorio, y sin distraerla mucho empiezo a hablar:

- ¿Qué te está pareciendo, Sophie? ¿Te gusta la forma en que ganas la batalla? ¿Esa es la forma en que deseabas derrotar a Mr. Sonneilon? ¿Te hace sentir mejor saber que darás tu vida por los humanos de ese universo paralelo que inventé para ti?

Sin levantar la vista del texto, Sophie reclama:

- Esto es maravilloso, épico, pero sigue sin responder a mis preguntas, Mr. Crown.
- ¡Tus preguntas!, es cierto, lo había olvidado; verás Sophie, La Oscuridad de las Catacumbas es tu última aventura por una simple y sencilla razón.

Mi mano derecha vuela hacia Sophie. El revólver plateado que me regaló mi esposa para practicar tiro apunta a su cabeza.

- ¡No pienso seguir cargándote sobre mis hombros! seas mi único éxito o no, sea considerado un escritor de segunda o no, seas un golpe de suerte o no ¡tienes que irte, desaparecer, esfumarte… morir!

Las seis balas del revólver cruzan el escaso espacio que hay entre la boca mortal del arma y el cuerpo frágil y pequeño de Sophie, cada tiro le provoca movimientos espasmódicos que la hacen bailar sobre su asiento, la sangre salpica sus libros, el manuscrito, la transcripción de Spikehead, la pantalla de la computadora y mi rostro.

El cuerpo inerte de mi ex estrella yace ahí, bañado en sangre, descargo el revólver, tomo la caja de balas del cajón y empiezo a cargar de nuevo el arma, mientras pongo cada bala en su sitio, hablo con voz severa y tono autoritario:

- No tengo idea de cómo pasó esto ni que desviación de la realidad permitió que ella viniera hasta acá a reclamarme, pero sí se esto: si alguno de ustedes pretende venir  y hablar conmigo de nuevo, ya sabe la bienvenida que le daré.

Cuando el revólver estuvo cargado, reintroduje el tambor al arma con una sacudida de mi muñeca, me dirijo de nuevo a mis libros, mis manuscritos, mis pruebas de edición, y hablo a mis adorados personajes:

- Aquí no se admiten cuestionamientos, ni preguntas, ni solicitudes de ningún tipo; aquí, yo mando, ustedes sólo responden; aquí, yo soy Dios, el Diablo y el Mundo; aquí, Yo soy el puto amo… ¡¿Quedó claro?!

El silencio invade de nuevo mi despacho, no hay cadáver por supuesto, es sólo mi imaginación que me juega malas pasadas y me presiona para terminar con la novela.

Sin más, limpio la sangre de la pantalla de la computadora y sigo escribiendo.

domingo, 26 de julio de 2015

Desesperanza

La lluvia azota las montañas, los rayos golpean en la sólida roca y arrancan sonidos que hacen pensar a cualquiera en el fin de los tiempos, la tormenta está en su apogeo, pero eso no implica que la patrulla que ahora ronda la carretera abandone su deber, las luces iluminan el camino, resbaloso y brillante por la lluvia, mientras pasan lentamente a través del bosque, el camino es conocido, pero en condiciones como estas hay que tomar siempre precauciones, pronto, los faros iluminan un cartel que indica la entrada del pueblo: “Esperanza”.

El vehículo oficial avanza con cuidado por la calle principal, deja atrás el almacén, la iglesia y los demás negocios del centro, dobla a la derecha frente al ayuntamiento, y recorre varias casas hasta llegar a la más humilde y pequeña de todas, el jefe de la policía local acaba de terminar su turno, el pueblo, al menos por ahora, está seguro.

Apenas desciende del auto, el oficial alcanza a observar una sombra juguetona que se asoma por las ventanas, segundos después, su hermosa esposa abre la puerta y le sonríe, sus dientes perfectos, su mirada tierna y amorosa, junto con los labios carnosos y la nariz pequeña y espigada, despiertan en él una gran ternura, el policía observa a su mujer por un momento, y la saluda mientras camina hacia la parte trasera del automóvil:

- ¿Qué tal estuvo tu día, amor?, ¿Tranquilo?, ¡espero que así haya sido, porque con este clima parece que las montañas se van a derrumbar!, por cierto, hoy traigo un pequeño regalo para ti.

El oficial abre la cajuela y observa el interior, curiosamente, justo en ese instante lo asalta un pensamiento recurrente, la idea de qué hubiera sido de su vida si no hubiera conocido a su adorable esposa...



Las nubes se espesan, el viento arrecia, el cielo se pinta de negro, haciendo más grandes las sombras que cubren el lugar donde se ocultan, ambos lograron escapar del establo y trataron de obtener ayuda entre los habitantes del poblado cercano, sólo para encontrar que las pocas personas que aún lo habitaban no eran propensas a prestar ayuda a nadie, en medio de la desesperación, cada uno tomó algo que podía servir como arma y decidieron hacer una carga suicida sobre la casa, para ambos es muy obvio, o salvan a los demás o mueren en el intento.

Aprovechando las sombras, y maldiciendo cada rayo que arroja luz sobre sus movimientos, los dos hombres se dirigen hacia la casa, uno va armado con un bate, y el otro con una botella cortada, ambos deciden que lo más estúpido sería cargar por la puerta principal, así que deciden intentarlo por atrás, dan la vuelta a la propiedad, cuidando que la Mujer no los vea.

Después de unos instantes, los hombres alcanzan la puerta trasera de la casa, ambos deciden impulsarse al unísono para derribarla, y sin pensarlo demasiado, corren hacia la casa, golpean la puerta al mismo tiempo y también se dan cuenta que el exceso de fuerza no era necesario, los goznes de la puerta trasera, oxidados por la falta de uso, saltan al impulso de los dos cuerpos sin mucha resistencia, la madera podrida se quiebra al instante y ambos se precipitan escaleras abajo.

Dentro del sótano, la sorpresa da paso al enojo cuando ambos caen e interrumpen lo que pasaba, por una extraña coincidencia, su desesperada carga contra la Mujer dio un extraño resultado, ya que la puerta, en su viaje hacia el fondo de la casa, golpeó a la Mujer, haciendo que tirara el arma que tenía en sus manos, lo cual provocó un feo corte en el brazo derecho de uno de los hombres, pero permitió al otro hacerse con el control del objeto.

En medio de la humedad, sucia y podrida del sótano, estaba a punto de suceder una carnicería, en una mesa del centro, sujeta al mueble por cadenas, yace una mujer que grita desesperada:

- ¡Rápido, libérennos!

Una rápida mirada descubre lo retorcido de la ceremonia interrumpida, los otros cuatro acompañantes de la mujer y los dos hombres, amigos todos desde tiempo atrás, están sujetos a la pared con gruesas cadenas y enormes candados, todos observan horrorizados el centro de la habitación, la Mujer estaba a punto de destazar a la chica que yace en la mesa.

La Mujer se recupera y trata de derribar a uno de los hombres, el que sostiene la sierra eléctrica en las manos, el otro trata de liberar a la chica, tarea que se complica más aún por tener un brazo incapacitado, los demás gritan horrorizados y tratan de escapar sin conseguirlo, aumentando la tensión de la escena.

En la pelea por la sierra eléctrica, la Mujer saca la peor parte, es derribada y observa impotente mientras el chico que la sostiene se acerca lentamente a ella, no pudo apagar la sierra, que era su objetivo, y sabe que el joven la matará sin dudar un instante, a menos que…

Un golpe seco distrae al chico, mientras su amigo logra liberar una de las piernas de la joven que está atada a la mesa, una mirada le basta para reconocer el celular de su novia, la imagen que aparece en el teléfono llama su atención, por uno de esos tontos procesos mentales que todos padecemos alguna vez, el chico olvida el peligro en el que se encuentran todos para concentrarse en la fotografía que no reconoce, al acercarse, con la sierra aún funcionando, se da cuenta de quienes aparecen en la imagen…

- ¿Qué estás esperando, imbécil?, ¡corta a ese espantajo por la mitad!

El joven observa a su amigo asombrado, jamás se hubiera imaginado que él y Diana…

- ¿Estás sordo acaso, idiota?, ¡Acaba con esto de una vez!

Mientras la sierra sigue chirriando, el joven ignora la orden y observa a sus amigos, se da cuenta que todos rehúyen su mirada, y de pronto una idea horrenda llena su cabeza… todos lo sabían.

- ¡Oye estúpido!, ¿Qué esperas, la navidad?, ¡Deshazte de esa enferma y escapemos!

Los gritos de su amigo están rebotando por todo su cerebro, el dolor de saberse traicionado por Diana y Alfonso se confunde horriblemente con la idea de salvarlos a todos de la Mujer, el dolor y el deber debaten en el fondo de sus pensamientos, si tan sólo le dieran un minuto para respirar y meditarlo, sólo un minuto para asimilarlo y continuar, sólo un minuto…

- ¡HAZLO DE UNA VEZ!

Sus ojos, inundados de lágrimas, llenos de rencor y dolor, se topan por un instante con los de la Mujer, por primera vez la mira como lo que es, y se encuentra con una mirada asustada y suplicante, que mira desesperada al chico, la sierra, el celular, a Diana y a Alfonso, todo al mismo tiempo y con una gran desesperanza…

- ¿¡QUÉ ESPERAS?! ¡MÁTALA DE UNA VEZ!

El chico percibe algo en la mirada de la Mujer, desvía la mirada un instante y observa algunas fotografías pegadas a la pared, las de sus amigos y su novia están tachadas con plumón rojo, la de él no; la luz se hace por un instante entre los rugidos de Alfonso, el joven mira a la Mujer y murmura:

- ¿Tú lo sabías?

La Mujer asiente ligeramente, los gritos de Alfonso llenan la habitación:

- ¡MÁTALA!, ¡Haz lo que tienes que hacer, maldito idiota!

Diana y los demás perciben algo en la actitud del chico, algo que los deja helados e impulsa a Diana a decir:

- Alfonso, creo que deberías dejar de gritar…
- ¿Por qué?, ¡Martín la tienen a su merced!

El chirrido de la sierra llena la habitación, todo lo demás está en silencio, antes de que Martín tome la decisión, su cuerpo ya se prepara para la acción, los músculos de sus hombros están tensos, los brazos firmes, las piernas preparadas para impulsarlo, un solo golpe y todo habrá terminado…

Alfonso se acerca a él, susurrando:

- ¿Ya vas a terminar con esto, o tenemos que…?

En un segundo el horror golpea a Alfonso, literalmente, Martín gira ágilmente y hunde profundamente la sierra en el estómago de su amigo, la sangre y la piel empiezan a volar en todas direcciones, Diana y los demás empiezan a gritar horrorizados, Alfonso trata de gritar, de decir algo, pero Martín empuja la sierra hacia arriba, cortando las costillas y los pulmones de su ex amigo, haciendo que una bocanada de sangre sea todo lo que salga de su boca, la sierra se atora, y Martín aplica toda su fuerza para hacerla subir más y más, la vida abandona al pobre diablo antes de que Martín decida que ya cortó lo suficiente, cuando la sierra se atora de nuevo con el hombro de Alfonso.

La sierra sigue chirriando, hiriendo el aire de la habitación, los ojos de los aterrados espectadores ven como el cuerpo destrozado y sin vida de Alfonso cae lentamente al piso, donde empieza a vaciarse como lo haría un animal en un matadero, las miradas lentamente se concentran en Diana, que sigue atada a la mesa, los ojos de la chica suplican piedad a Martín, quien la mira con odio y rencor absolutos, ella al menos tiene tiempo de decir algo:

- Mi amor, Martín, te juro que…

Un veloz movimiento acaba la conversación, Martín encaja la sierra con fuerza en el pecho de Diana, las costillas crujen como madera vieja, la sangre de nuevo sale proyectada hacia las paredes, el techo, hacia la cara de Martín, más trozos de piel se desprenden y salpican a todos con lo que hasta hace unos momentos era el cuerpo de Diana.

Los dientes de la herramienta se hunden con saña en la carne suave y delicada de la mujer, Martín mueve la sierra de lado a lado, haciendo aún más daño al cuerpo tantas veces amado y acariciado, la pobre mujer grita sin descanso, mientras la inclemente sierra se abre camino a través de ella, hasta que un sonido más familiar llena la estancia, la sierra atraviesa el cuerpo de la mujer y penetra la madera, la fuerza de Martín hace que la máquina se hunda en la madera con rapidez y se atasque al golpear el suelo, Diana lanza un chillido agudo de dolor cuando la dentadura mecánica se detiene.

Martín empieza a actuar como un loco, desesperado, trata de hacer funcionar de nuevo la sierra, cada intento fallido hace que Diana grite más y más, los esfuerzos son vanos, y gruesas gotas de sudor empiezan a mezclarse con la sangre que cubre el rostro del chico, un sonido metálico lo toma desprevenido y hace que su pulso se detenga por un instante…

Al voltear, encuentra a la Mujer sosteniendo un enorme machete, pensando que tal vez acaba de cometer el último error de su vida, Martín aferra la sierra con más fuerza, la Mujer no dice nada, solamente camina hacia donde la exhausta Diana dejó caer la cabeza, la chica aún tiene fuerzas para dar un alarido cuando la Mujer corta su cuello sin decir palabra alguna, la sangre cubre el bello rostro de Diana en un instante, sus gritos cesan y el movimiento espasmódico de su cuello va cesando poco a poco, hasta que un chorro del líquido  vital escurre del cabello de Diana hacia el piso, formando un enorme charco que en segundos se encuentra y se mezcla con la sangre que aún emana del cuerpo de Alfonso.

Una forma macabra de estar juntos, piensa Martín, la Mujer lo toma de la mano sin avisar, él se sobresalta pero la mira, ella le pasa el machete y toma un cuchillo de una mesa cercana, ambos voltean hacia los cuatro amigos que restan, y en minutos acaban con el sufrimiento de sus pobres almas…



Al abrirse la cajuela, dos pares de ojos miran aterrados a Martín, cazó a este par de imbéciles en la carretera utilizando el confiable truco de la patrulla, y ahora se los lleva como un regalo a su adorada esposa, para que ambos recuerden juntos el día en que se conocieron; para que Martín nunca olvide el maravilloso día en que su verdadero amor floreció.

Una Mirada

Prólogo

Las luces de cientos de cámaras apuntan hacia su rostro, cientos de micrófonos tratan de recoger sus palabras, decenas de flashes, disparados al mismo tiempo, lo dejan ciego por unos instantes, camina entre la multitud, pero a nadie escucha, sabe que hablan, que le preguntan cosas, pero él se siente incapaz de contestar nada, el rugido de los miles de reporteros reunidos para la ceremonia no llega a sus oídos, lo único que puede escuchar es el latido de su corazón, lento, pausado y ensordecedor, retumbando dentro de su cabeza como un mazo pulverizando piedras, da algunos pasos, se siente mareado, y cuando está a punto de desistir por enésima vez, alcanza a ver a La Estrella, la Diva del Siglo XXI, como acaba de bautizarla un reportero, la actriz más famosa del planeta, la protagonista principal de su más reciente película.

Ahí está, contestando a los reporteros con frases ingeniosas sacadas de su repertorio particular, puede ver los rostros deformados por las carcajadas, los cuales adquieren una forma grotesca gracias al maquillaje y los retoques que tratan de esconder la edad, todos ríen, todos celebran las ocurrencias de Eve, todos caen rendidos por su encanto, todo el maldito y miserable universo ha sido conquistado por ella… por esa cosa.

¿Cómo nombrarla ella, cuando el bien sabe lo que esconde?, ¿Cómo reconocer su humanidad si para él no es misterio que nada tiene de humano?, la desesperación lo hizo caer muy bajo, pero este chiste, diabólico y depravado, está a punto de terminar.

Todo pasa en cámara lenta dentro de su cabeza, el hombre mete la mano derecha dentro de su saco mientras camina decidido hacia su objetivo, algunos notan su actitud decidida y esperan que se produzca alguna escena desagradable a las que los ha acostumbrado, pero nadie espera que, a pocos pasos del sitio donde Eve habla con los reporteros, Michael Knight desenfunde un revólver y lo apunte directo al sitio donde tiene clavada la mirada… la nuca de La Estrella.

Todo pasa en un instante, los reporteros apenas empiezan a gritar, los flashes oportunos capturan las fotografías que serán portada en los diarios del día de mañana, Knight aprieta ligeramente el gatillo del arma, el sensible percutor se dispara, golpea el fondo del casquillo y hace volar la bala a través del cañón, la velocidad considerable y el tamaño del proyectil son irrelevantes, ya que la cabeza de Eve está a menos de quince centímetros de la boca del revólver.

El instante mismo del disparo queda inmortalizado en una fotografía, la única del instante fatal, que se hará famosa en los años venideros, y que será expuesta junto con otras fotos, más antiguas pero igual de impactantes, en todas las exposiciones relativas al fotoperiodismo; cuando el flash se apaga, todo el incidente ha pasado a la Historia, los reporteros comienzan a balbucear, los más inteligentes ganan aplomo y pueden dar la noticia, que a partir de ese momento incendiará todas las redes y se volverá viral en menos de una hora, para cuando el sol vuelva a despuntar, todo el mundo sabrá lo que ha pasado.

Michael Knight, el director de Desesperación, la película del año, asesinó a Eve Knickerbrocker minutos antes de que comenzaran los Oscares.

Para muchos, esto era el inicio de una asombrosa noticia que daría para semanas y semanas de información, Knight sabía, sin embargo, que esto era el final lógico para la historia de Eve Knickerbrocker…

Primer acto

Eran las dos de la mañana cuando sonó el teléfono, Michael sabía por experiencia que es la hora que siempre escogen los artistas para molestar; él mismo se permite considerarse uno de ellos, sin embargo, nunca ha tenido la falta de tacto necesaria para importunar a alguien a esas horas, tarda más de la cuenta en despertarse, malhumorado, estira el brazo para tomar el teléfono, lo descuelga y la persona que está al otro lado del aparato empieza a hablar sin esperar a que responda…

Unos segundos después, pega un brinco y cae de la cama, le acaban de dar la peor noticia que ha escuchado en toda su carrera, ni siquiera sabe qué decir, los gritos de su agente lo sacan del trance, sólo se le ocurre externar con un grito lo que inunda su mente en ese momento:

- ¡¿Cómo diablos dejaste que pasara eso, Bill?!

A la mañana siguiente, todavía malhumorado, Michael toma café mientras observa cómo la noticia de su humillación recorre el mundo de lado a lado, Mila Howard, la actriz principal de su nuevo proyecto, había decidido utilizar la cláusula de salida en su contrato para dejar la película a la mitad, la misma cláusula que el insistió en eliminar y que el agente de Mila logró conservar negociando con los productores, a espaldas de Michael.

No hay nada que hacer, es lo que Bill le había dicho… malditos imbéciles, nunca van a ser capaces de entenderlo, su maldito descuido acaba de tirar su proyecto, el homenaje que tenía planeado no va a completarse, y para Michael ya no existe la opción de empezar de cero; es el último de su especie, y pronto ésta morirá con él.

Michael Knight, el último director de cine tradicionalista, va a culminar su gloriosa carrera con una película incompleta, que tomará su lugar junto al Quijote de Orson Welles y acompañará al Napoleón de Stanley Kubrick en el apartado de las mejores películas que nunca se hicieron… Desesperación no verá la luz, y dejará un vacío permanente.

¿Es que acaso a nadie le importa?, ¿En serio están tan absorbidos por el vacío que prefieren cazar fantasmas a tener algo real?, ¿La humanidad ya cayó tan bajo como para hacer de la perversión del arte la norma?, ¿Les importa esto, de todos modos?, ¿Alcanzan a entender la diferencia entre la película hecha con actores reales, y las fantasías generadas por computadora que ahora todos aman?

Ya nadie hace cine como es debido, todo lo que se escribe, lo que quiere contarse, se procesa por medio de computadoras, ellas son las que se encargan de dar “vida” a todos los proyectos actuales, ya no son necesarias las locaciones, el vestuario, las luces, los técnicos… tampoco es necesaria la cámara, y mucho menos los actores, se ha refinado tanto esta tecnología, que la gente no distingue entre un programa de computadora y la realidad filtrada a través de una cámara de cine.

Con los años, incluso el oficio de director dejó de ser fundamental en la película, ahora son más editores que otra cosa, las tomas salen a la primera, todo es perfecto desde el principio, hoy sólo es necesario tomar las piezas generadas por las máquinas y armar el rompecabezas… corren rumores, cada vez más certeros, de que algunos incluso acomodan las piezas de acuerdo a lo que la máquina dicta.

Hace muchos años, esto hubiera sido una aberración, y sin embargo, empezó a hacerse más y más común, hasta que un grupo de disidentes, de los que Knight era el último superviviente, había decidido ir contra la norma y seguir haciendo todo como los grandes, sin importar el esfuerzo, el trabajo infernal y el dinero que fuera necesario.

¡Ah, y las cosas que lograron hacer!, revivir las glorias de Hitchcock, Kubrick, Tarantino, Aronofsky, Anderson, Von Trier y una larguísima lista de grandes hombres que dedicaron su vida a plasmar sus sueños, sus obsesiones, sus demonios y hasta sus pesadillas, para que todos participaran de ellas.

Pero el tiempo es omnipotente y con el paso de los años, uno por uno, los miembros de este grupo de nostálgicos fueron cayendo, fuera por retiro, enfermedad, muerte o cansancio, el exclusivo club de tradicionalistas fue disminuyendo más y más, hasta que Knight fue el último de sus apóstoles, el único que jamás había cedido al avance imparable de la perfección, a diferencia de varios de sus compañeros.

El jamás había utilizado la tecnología para suplir al alma, y nunca lo haría.

Segundo Acto

Michael lleva horas mirando estúpidamente el vaso que tiene frente a él, el bar está semivacío y los pocos parroquianos que quedan lo ignoran abiertamente, el mundo entero lo rechaza, no por desprecio hacia él o su trabajo, sino hacia el aura de humillación que desprende, sin que ninguno de los presentes lo sepa, la vida de Knight está a punto de cambiar.

La puerta se abre, algunos observan a un hombre alto, vestido con un traje azul impecable, que observa a todos los presentes hasta fijar la vista al fondo de la barra, donde Michael bebe sin consuelo, decidido, el hombre de azul camina hasta él, toma asiento a su lado, y empieza a hablar sin que nadie se lo pida.

- ¿Mr. Knight?

Michael lo observa por un segundo y se refugia de nuevo en el fondo del vaso que tiene frente a él, murmura:

- ¿Quién quiere saber?
- Mi nombre es Maximilian Berg, y tengo una propuesta para usted de parte de un cliente muy importante.
- ¿A sí?, ¿Y puedo saber quién es ese hombre tan importante que no pudo venir en persona?
- Con gusto le diré su nombre, Mr. Knight, aunque estoy seguro que no le dirá nada; mi cliente es Walter H. Collins, y él desea ofrecerle su ayuda para salir del problema en que está metido.
- ¿Walter H. Collins?, ¿Quién es él y qué interés tiene en ayudar a un paria como yo?
- Una cosa a la vez, Mr. Knight, permítame hablar con usted en un lugar más privado, y terminaré con todas sus dudas… ¿Acepta hablar con nosotros?

Michael no sabe que decir, pero sabe perfectamente que no tiene nada que perder, y sería imposible que las cosas empeoraran.

- ¿Por qué no?, súmense a la fiesta y tomen lo que quieran, estamos de oferta hoy.

Tercer Acto

- Muy bien Mr. Knight, ¿Qué le parece?

Michael está asombrado, Berg acaba de poner ante sus ojos la solución de todos sus problemas, está ahí, mirándolo con esos ojos extraños, él sabe que están vacíos, carecen de alma o de sustancia, pero esta sombra, por primera vez en la vida de Knight, tiene algo dentro de ella que no es posible definir, y que la distingue de todas las que ha visto hasta ahora.

- ¡No es posible!, ¿cómo lograron hacerlo?
- Ya se lo dije, Mr. Collins es un tipo extraordinariamente talentoso, ahora que está por culminar el proyecto de su vida, quiere una prueba de que su esfuerzo valió la pena, ha seguido sus instrucciones al pie de la letra, y por su reacción, puedo ver que Mr. Collins estará más que satisfecho con el resultado.

Michael no puede creerlo, lo que sus ojos registran no es lo que su mente conoce, y el conflicto lo deja a la deriva, sin pensar mucho en esto, dice:

- ¿Puede dejarme a solas un momento con ella?
- Por supuesto – contesta Berg – si quiere hablarle, sólo diga su nombre: Eve.

Una vez que todos habían salido, Michael rodea a la creación magna de Walter Collins, se maravilla con el rostro magnífico, las proporciones ideales y la sensación de calma y tranquilidad que transmite, sin embargo, lo que más roba su atención son los ojos, y esa misteriosa energía que irradia de ellos…

- ¿Eve?
- ¿Si?
- Hola, yo soy…
- … Michael Knight, tu eres el famoso director de cine, ¿no es así?
- Yo no diría que famoso…
- ¿Qué?, ¡Pero claro que lo eres!, tu talento y lo que has logrado hasta ahora pasará a la Historia, ¿para qué la modestia, entonces?

Eve se veía tan agradable, tan real, tan verdadera como cualquier cosa que Michael hubiera hecho en su vida, fue en ese momento que lo supo, la Revelación golpeó su mente y ya no lo dejó tranquilo.

Epílogo

Por supuesto que Michael Knight nunca enfrentó acusación o juicio alguno por lo que hizo aquella noche, la ceremonia de los Oscares se llevó a cabo como estaba planeado, los votos ya no podían ser cambiados a raíz del incidente, y justo como se esperaba, Desesperación se llevó los premios más importantes, los rumores señalan que sólo uno de los sobres que fueron abiertos esa noche era diferente al resto, el cambio de última hora obedeció, dicen, al disparo que recibió Eve Knickerbrocker, se dice que la Academia no iba a permitir que el premio fuera para ella a raíz de lo que se reveló esa noche.

Michael recibió el premio a mejor director y se convirtió en el último tradicionalista en ganar el premio, no estuvo presente para recibirlo, y le fue entregado al día siguiente, cuando salía de la oficina del Sheriff del condado de Los Ángeles, Knight colocó el premio en su repisa al llegar a casa, y acto seguido se sentó frente a su vieja computadora, y redactó la última declaración de su carrera:

… la decisión la tomé el día en que me presentaron a Eve, Mr. Berg asegura que Walter Collins solamente siguió mis instrucciones, pero Mr. Collins logró imprimir algo en la mirada de Eve que me convenció de dos cosas: primero, el grado de perfección que había en ella era inalcanzable para el resto de nosotros; segundo, ella era la demostración final de lo bajo que ha caído la sociedad, perseguimos tantas sombras que dejamos de apreciar lo real, y ahora incluso logramos falsificarlo, eso hace que mi oficio se vuela irrelevante, siendo su objeto principal la creación de realidades alternas que parezcan reales, aun cuando son falsas.

¡Felicidades a todos!, ahora tienen sombras y fantasmas a los que pueden abrazar y llamar “reales”, eso es a lo que su mediocridad e ignorancia los ha llevado, el único consuelo que me llevo, aparte de haber culminado mi obra final, es saber que, cuando las sombras cubran la Tierra, la de Eve Knickerbrocker no estará entre ellas.

Ese maldito androide regresó al lugar de donde Collins lo hizo surgir, e imagino que nunca volverán a ver algo parecido, espero de todo corazón, que así sea.

Atentamente
Michael Knight”.