lunes, 29 de febrero de 2016

El Incidente

I

La lluvia golpea los vidrios del cuarto donde me tienen encerrado; hace frío, el sol ha estado jugando a esconderse desde hace más de una semana y la temperatura fresca hace que los golpes en mi cuerpo duelan aún más, la situación cada vez es más desesperada, pero estoy seguro que pronto todo se arreglará.

La puerta metálica del cuarto se abre, un sujeto al que nunca antes he visto entra en mi universo de dolor y esperanza, viste impecable, un abrigo grueso cubre su fino traje, un par de guantes de cuero protegen sus manos del clima extremo, las mías están ateridas, y el frío que emana de la silla a la que me sujetaron las entume aún más.

El hombre se sienta frente a mí, es joven, no más de 35 años; su mirada profesional se clava en mí, por unos segundos me siento avergonzado de mi apariencia, pero la sensación pronto se desvanece, después de todo, ¿quién se ve bien después de una semana de tortura?

Con movimientos suaves y calculados, el hombre extrae una cajetilla de cigarros de su abrigo, toma uno y lo enciende, mientras deja escapar el humo hacia mi rostro, suspira y comienza a hablar:

- ¿Cómo te sientes hoy?, ¿Me escuchas?, ¿Me entiendes? – asiento ligeramente y el hombre continúa – excelente… mira, la razón por la que estoy aquí es para hablar sobre lo que pasó, te mentiría si no te dijera que estamos asombrados y admirados por tu resistencia, muchos otros se quebraron mucho antes que tú.

Sin embargo, sabías que tarde o temprano lo sabríamos todo, y que ningún informe tuyo nos haría falta para completar la investigación; lamento informarte que ese momento ha llegado.

Por un lado, esto simplifica todo para ti, voy a contarte lo que sabemos, y tú tienes que decirme si algo de esta información es errónea, como te decía, sólo lo hacemos para facilitártelo todo, sé que son malas noticias, pero también pueden ser excelentes si lo miras desde la perspectiva adecuada.

Una breve pausa recorre la habitación, hago un esfuerzo para concentrarme por encima de mi dolor, no puedo dejar que ellos me derroten como vencieron a los demás.

- Empecemos entonces, ¿te parece bien?

II

La noche del 09 de octubre, M se encontraba en un campamento a las afueras del Parque Nacional, en una pequeña zona ubicada 25 kilómetros al norte del Puesto 4, la zona es reconocida por los campistas experimentados ya que es un paraje solitario pero cómodo para acampar y con una vista amplia de la zona.

En el campamento se encontraban los demás testigos (S, O y J) de los cuales ya recopilamos la información necesaria y dispusimos de ellos conforme a lo señalado en el Anexo 5.

Alrededor de las 2300 horas, tuvo lugar el incidente.

III

- Tú fuiste el primero en verlo todo, ¿cierto?

No me quedan muchas opciones, si quiero llegar a ver el final de esto tengo que empezar a cooperar, afortunadamente nadie ha descubierto nada importante aún, de modo que asiento para confirmar todo lo que acaba de decirme.

- Los demás dicen que tu primera impresión fue la de estar observando algún tipo de fenómeno sobrenatural, también aseguran que, al verla, tu reacción fue de asombro y, según declaró alguno: “de adoración total”, ¿es verdad eso?

Le confirmo de nuevo lo que sabe, veo por un instante cómo el asco se apodera de su rostro.

- ¿Tienes alguna idea de lo que estabas viendo?, ¿Alcanzas a comprender a qué te enfrentaste aquél día?

- ¿Y ustedes?, ¿Entienden con lo que están lidiando?

El hombre me mira desconcertado, supongo que no esperaba que respondiera.

- Mejor que tú, aunque no lo creas.

IV

Los testigos se acercaron al lugar, de inmediato se percataron que algo extraño pasaba, M le dijo a los demás que esperaran, que él iría a investigar lo que sucedía, S y J aseguran que pensaron que era mala idea, pero ninguno de ellos tuvo valor para impedirle a M acercarse.

En ese momento, los testigos vieron todo, M quedó prendado del ente en cuanto la observó, O asevera que su mirada era de adoración total, J está reticente a utilizar esa palabra, mientras que S confirma la impresión de O, ambos conocen a M desde la infancia, por lo que se dio mayor peso a sus testimonios.

Seguimos investigando esta parte del incidente, ya que el ente se veía diferente para todos los testigos, sabemos la verdadera apariencia de la entidad, pero no sabemos cómo puede verse diferente a los ojos de los que la ven.

V

- ¿Voy bien hasta ahora?

Le doy gusto, asiento con la cabeza y confirmo con una mirada de asombro fingido, él no lo sabe, pero si estoy aquí, si estoy protegiéndola, es debido a la promesa que nos hicimos cuando la ayudé a escaparse de estos pobres diablos.

- ¿Quedaste asombrado por su belleza?, ¿Creíste acaso que era lo más bello que habías visto en toda tu vida?

Sigo asintiendo, dándole gusto al hombre que fuma frente a mí.

- ¿Te dijo que iba a regresar por ti, cierto?

Esta vez me toma por sorpresa, no esperaba que hubieran podido averiguar eso, ni siquiera los demás saben lo que ella me dijo antes de partir.

El sujeto no se inmuta, se limita a fijar sus ojos fríos y despiadados en mí, tengo un mal presentimiento acerca de esto.

Finge una mirada cariñosa.

Señala a las estrellas.

Señala su corazón.

Me señala a mí.

Junta sus manos.

Señala de nuevo a las estrellas sin despegar las manos.

No puedo creerlo.

Simplemente no puedo.

Eso es exactamente lo que ella hizo al prometer que volvería por mí.

- ¿Sabes cómo sé esto?

Niego con la cabeza y el hombre sonríe, su sonrisa congela mi corazón y hace que sienta mi sangre como si fuera mercurio.

VI

Desde hace diez años, se han registrado más de (EDITADO) casos en la zona, todos tienen las mismas características, todos terminan igual, el protocolo establecido por la Organización en fechas recientes nos ha permitido lidiar con los últimos casos que se han presentado, está demostrado por las investigaciones previas que una vez que los sujetos han presenciado al ente, sólo se puede proceder de una manera.

En este caso se siguieron los protocolos al pie de la letra, después de obtener la confirmación de los testigos.

VII

El mercurio me congela, puedo sentir su frío recorrido por mi cuerpo, destroza todo lo que toca, puedo sentirlo devastando mi interior, devorando y carcomiéndome hasta exterminar todo lo que encuentra.

- Así es, lamento informarte que no eres el único.

El mercurio empieza a brotar por mis poros, sustituyendo al sudor que cubría mi piel hace unos instantes, puedo sentirlo escapando entre mis labios, cómo escurre por mis ojos y cubre mis mejillas, el frío invade mi alma.

- A todos les prometió lo mismo. A todos los dejó atrás para que la protegieran.

El hielo invade todo, la ventana, la habitación, la mesa, la silla en la que estoy sentado.

- A todos los abandonó.

El mundo se congela, la lluvia que caía mansa en el mundo exterior se convierte en agujas de hielo que revientan al golpear la tierra, las nubes se cristalizan, el aire se vuelve glacial, mi aliento se siente como vidrio cortado en mi garganta.

- Al principio no sabíamos qué hacer con esos pobres diablos, los engañaba, los dejaba atrás con la promesa de venir por ellos y al final nosotros debíamos lidiar con sus alucinadas mentes, era patético ver aquello, todos sentíamos lástima por ellos.

Las paredes están recubiertas de escarcha, siento como el mercurio me quema cuando escapa por mis ojos, el humo que escapa de los labios congelados que se mueven frente a mí se condensa en el aire, formando volutas perpetuas que se quedan colgando en mi mente aterida por el frío.

- Afortunadamente, ahora sabemos lo que tenemos que hacer.

Sin más, el sujeto que fuma saca un revólver de seis tiros, tira del percutor y acerca la boca del cañón a la frente de su testigo, sin prisa, calmado y sereno, el fumador vacía la carga del revólver en la cabeza del hombre, el cuerpo brinca en el aire unos instantes y cae sobre la silla, liberado de lo que lo atormentaba.

Otro interrogatorio exitoso.