martes, 23 de octubre de 2012

Atrapado (Halloween Special)

 
Rodrigo no puede creer en su buena suerte, justo cuando viene saliendo de una relación con una pobre tonta que nunca lo comprendió, su ex novia, Mariana, lo invita a su casa para que vea algunas de las pinturas que ha terminado, él necesita compañía y justamente ella se aparece, tan oportuna como siempre.
 
El día señalado para la cita se baña y se viste a conciencia, pretende parecer despreocupado, pero no descuidado; quiere causarle una buena impresión a Mariana y al mismo tiempo que sepa que la relación que acaba de terminar no significó gran cosa para él, pero tampoco quiere darle esperanzas de un imposible regreso; así que la tarea, titánica y casi imposible, queda cumplida justo a tiempo: él, como siempre, llegará quince elegantes minutos tarde, para que ella vea que no lo tiene dominado.
 
Toman un café, la conversación es agradable y amable como siempre, luego de un rato Mariana invita a Rodrigo a su casa para que vea las pinturas recién terminadas; al llegar, cosa rara, no encuentran a nadie, el joven inquiere a Mariana al respecto y ella se limita a decir que sus padres están de viaje y regresarán la semana entrante, sus hermanos aprovecharon la ocasión para pasar unos días con sus noviecitas…
 
El joven entra en la casa tantas veces visitada, los gatos que allí viven lo reciben como siempre, lo olfatean y se restriegan en sus piernas, pero esta vez no lo dejan solo un segundo, Rodrigo no presta demasiada atención en ello y Mariana lo acompaña hasta su pequeño estudio, donde las pinturas se están secando todavía…
 
Los trazos histéricos, frenéticos, obsesivos, acentuados por toda la gama de colores oscuros y sombríos mezclados con el rojo chillante que estalla en los ojos, las figuras humanas deformadas, torcidas, torturadas, que le recuerdan las pinturas de Francis Bacon (sobre todo la que Mariana llamó El Emperador, indudablemente inspirada en el pintor inglés), todo este cambio en el arte de la chica con la que compartió su vida durante tanto tiempo deja a Rodrigo de una pieza, no es que antes no pintara cosas tenebrosas, pero en su mayoría eran lienzos mediocres (no es nada personal, Rodrigo siempre es muy imparcial en sus análisis) inspirados vagamente por los grabados de Doré y Goya, pero nada que llegara a la maestría del español, ahora podía ver que Mariana al fin había captado algo de esa grandeza en otro cuadro (La Pesadilla) con alusiones tan claras a la locura, que parecía que el sueño del torturado personaje del cuadro iba a estar presente en el descanso nocturno del espectador.
 
- ¡Esto es increíble! ¿Cómo lograste estos tonos? ¡Son únicos!
- No fue fácil, querido, pero lo logré con mucho esfuerzo.
- ¿Y los temas? ¿Cómo lograste estas imágenes majestuosas? ¿Te dejaste llevar por la influencia de Goya y Bacon?
- No precisamente, me inspiró bastante, corazón, pero no me basé en eso…
- Lo que no deja de fascinarme es el tono de la pintura roja de El Emperador, estoy seguro que este color no es fácil de encontrar… ¿me equivoco?
 
La artista mira seriamente a su ex novio, cuando Rodrigo empieza a pensar que cometió una equivocación, Mariana dice:
 
- ¿De verdad quieres saber de dónde lo saqué?
- ¡Claro!
- Muy bien, creo que todavía quedó algo en mi armario, yo voy por un refresco y te alcanzo allí, ¿va?
- Ok, acá te veo.
 
Mariana va hacia la cocina, Rodrigo, todavía fascinado por los cuadros, entra en el cuarto de su ex, lo conoce a la perfección, pasó más de una noche ahí y está perfectamente familiarizado con el cuarto…
 
Pero no con la nueva decoración, figuras tenebrosas, afiches de películas violentas, gore y demás, muchas de las cuales Rodrigo jamás ha visto a pesar de su amplia experiencia cinéfila, imágenes de cuadros tenebristas y aterradores, las imágenes lo sobrecogen, un escalofrío recorre su espalda, y piensa que seguro esta vez no se queda a dormir en ese cuarto, justo entonces abre la puerta del armario, busca en el suelo y no ve ningún bote de pintura, da unos pasos hacia atrás y se da cuenta del par de botas negras que están entre los zapatos de Mariana, no son de su talla, y además parece que…
 
En ese momento el horror lo golpea, literalmente, desde adentro del armario cae un cadáver, el olor y la apariencia le dan a entender a Rodrigo que el muerto lleva ahí varios días, al arrojar el cuerpo al suelo cree distinguir en sus rasgos putrefactos el rostro de otro de los ex novios de Mariana, no recuerda el nombre del tipo, pero sí su rostro cuando se da cuenta que sobre la cómoda está una foto de él junto a la mujer, además hay una de ella con sus hermanos y unas chicas que Rodrigo supone las cuñadas de su ex novia, en otra foto aparece ella con otro sujeto desconocido, y finalmente está la de ellos dos, no sería raro, de no ser porque los rostros de las fotografías fueron tachados con marcador negro...
 
Rehén del horror, Rodrigo levanta la mirada, sólo para descubrir a Mariana armada con un martillo, que lo mira mientras sonríe sádicamente, sin poder gritar, comprende perfectamente que su vida ha terminado cuando su ex novia le dice:
 
- Ahora ya sabes de donde proviene el color. Querido.

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